1: Ojos, piel, tatuajes

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Seul, Corea del Sur


Park Jimin

Jimin siempre fue una persona que nunca pasó desapercibida para los demás. Tal vez por su manía incomun de usar diademas de flores o a veces  pequeñas orejitas de gato, sus pequeños gorritos coloridos, por su piel increíblemente suave, ojos 'sonrientes', su cabello rubio, siempre cayendo en un flequillo mas abajo de sus cejas. O tambien podia ser por usar ropas claras o a veces muy aniñadas, dando un cierto aire infantil. Sin contar que aquellas ropas aveces le ceñían su cuerpo lleno de curvas femeninas, así llevando, tanto a mujeres como a hombres, su imaginación llenarse de diversos tipos de cosas, que les guastaria querer hacerle al chico.

Él no era el tipo de persona que hablaba con todo mundo en la universidad, o que hacia fiestas y tenía millones de amigos. Él tenia muy pocos amigos, dos en realidad. Pero, por increíble que parezca, Jimin era bastante popular a su manera.

Digamos que....Todos sabían quien era Park Jimin, a pesar de que Jimin no sabia quien era todo mundo.

Hoy era el primer día de clases del segundo semestre en la universidad y Jimin se encontraba desayunando en su pequeño, pero acogedor departamento. Él estaba esperando a Taehyung y a Jungkook, que pasaban a buscarlo todas las mañanas, desde que las clases empezaron. Los tres estaban juntos desde que empezó el primer año, y se conocían desde muy pequeños debido a que sus madres eran muy amigas, y ellos dos eran básicamente su familia.

Su celular sonó una vez, no fue necesario salir a ver por la ventana si el carro de sus amigo se encontraba allá bajo, solamente tomó su mochila al hombro y salio en dirección al pequeño Hall, obviamente sin darle un caluroso Buenos días al portero, educado como siempre.

—Hola, chicos — dijo entrando al carro, sentándose en la parte de atras y acomodando su diadema de flores de margaritas que llevaba hoy en su cabeza.

—Hola, Minnie— Dijo Jungkook y Taehyung solo movió su cabeza en forma de saludo, luego dirigiendo hasta la universidad.

El trayecto fue rápido, solo algunos semáforos, un poco de tránsito, pero nada que lo atrasara, ya que aquellos siempre llegaban adelantados para poder sentarsen en un muro que se situaba en la entrada principal para conversar. Cuando llegaron, bajaron del carro, esperando a Taehyung para que lo cerrara, luego caminaron al lugar de siempre.

—Como siempre Park Jimin llamando la atención de todo mundo— bromeo Taehyung cuando vio que ya empezaron a entregarles miradas, Jungkook solo rió y Jimin se sonrojó como un tomate.

—En ningún momento extrañé esas miradas en las vacaciones, hasta me senti mejor sin ellas— dijo el rubio jugando con sus manos, Taehyung solo rió negando con la cabeza.

—Ya te dije Jimin, no les hagas caso— dijo Taehyung, y Jimin asintió— Solo es tu inocencia la que los atrae, y tu no vas a perderla tan pronto, ¿verdad?

Y allí nuevamente ese asunto siendo mencionado.

No era novedad para nadie que Jimin era extremadamente inocente, en fin de cuentas, el tenia fama en aquella universidad. El mayor deseo de todos allí, podía ser, corromper esa inocencia que Jimin esparcía por todos lados. La culpa no era suya; no era su culpa el no poder entender las bromas de doble sentido de humor que se cargaban las personas. Y si, el chico era virgen de pies a cabeza,  descartando el descarado pico que le robó una niña mayor que él, en la primaria,  fue lo mas horrible para Jimin, ya que se declara completamente gay.

El rubio nunca fue tocado al extremo porque nunca lo permitió, pero vamos, algunas personas intentaron corromper todo eso, pero lo máximo que consiguieron fue un sonrojo y un Jimin tartamudeando por timidez. No era su culpa ¿o si?

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