CAPÍTULO 4

61 6 5
                                    

Seis meses después. Verano siempre, primavera a veces.

Volvíamos a ir nosotras tan panchas saliendo del yoguay, cuando volvimos a ver ese mismo descapotable rojo, pero esta vez Benny iba acompañado de Manuela. Todas menos Rosa se alegran mucho de volver a verlos y van hacia ellos. Hablamos un poco con ellos y nos vamos a dar una vuelta y Rosa le pide perdón a Manuela y a Benny y estos la perdonan.

 Cuando íbamos por el paseo nuevo salió de los contenedores del Lidl Ryan Lewis to' desarrapao', con pinta de vagabundo y cara fúnebre. Todas vamos hacia él menos Rosa y Macklemore que se quedan apartados y nostálgicos en plan “con lo que me costó olvidarlo”.

– ¡Ryaaaaaaaaan! ¿Qué tal? ¿Cómo estás?

– ¡Buuuuuaaaaaaaaa! Desde que Macklemore me dejó, ¡snif!, me deprimí y no he vuelto a trabajar. No tengo dinero ni casa, ¡snif! ¡snif!

– ¿Y dónde vives?

– En un albergue para sin techos, ¡snif!

– Oohhh pobretico...

– Si me disculpáis, me voy a hablar con Rosa y con Ben.

Ryan se va a hablar con Macklemore.

– ¡Ben! Lo siento mucho, ¡snif!, nunca debí haber conspirado contra tu algodoncito de azúcar.

– ¡Ohhh Ryan! Bueno no sé si perdonarte, ¿te arrepientes de corazón?

– ¡Buaaaaaaa!, siiiiiiiiiiiiii.

Macklemore perdona al Rayan y vuelven a ser amigos y “Macklemore & Ryan Lewis”, pero ya no es lo mismo porque queda una pizca de rencor en el pequeño corazoncito estadounidense de Benny...

Por otra parte, Ryan no tiene suficiente valor para disculparse con Rosa, y Rosa tampoco lo tiene para hablar con él.

(TÍTULO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora