Capítulo 2. ¿Alger Zimmermann?

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Richelle ya se había dormido, pero estaba teniendo un sueño extraño... mas bien extrañísimo, con aquel chico con el que había chocado el día anterior.

Ella estaba sentada y de repente, él llegaba hacia ella y olía su cuello mientras la abrazaba muy fuertemente, estaban a punto de juntar sus bocas cuando ¡BAAAM! Richelle se cayó de su cama.

Au...- dijo sobándose la cabeza.

Oh, ya despertaste, que bueno. Baja a la cocina, el desayuno está listo.- dijo su madre que estaba parada en la puerta.

Ok.-

Este día, la madre de Richelle había preparado su desayuno favorito, waffles y huevos estrellados, también le había dejado una malteada de vainilla.

¿Cuál es la razón de esto?- preguntó Richelle con un brillo en los ojos.

¿Qué no puedo consentir a mi hija de vez en cuando, o qué?- dijo su madre mientras acariciaba suavemente su cabeza.

Pues así no me dan muchas ganas de ir al colegio-

Debes ir, sabes que a tu padre no le gusta que faltes- dijo en tono serio.

Bueno, era una broma-

Terminó su desayuno y se metió a bañar, Richelle tenía la piel muy blanca, y la cuidaba mucho, por eso se tardaba mucho.

¡Richelle, se te va a hacer tarde si no sales ahorita del baño!-

¡Ya voy, mamá!-

Se cambió y se fue. Al llegar al colegio, se encontró con Viveka y Dagna.

Dagna iba en el salón de Richelle, y era la única a quién le hablaba, pues Viveka estudiaba otra especialidad.

Estaban en el campus, dando algunas vueltas y conversando sobre temas irrelevantes, hasta que llegó la hora en que Dagna y Richelle se tenían que ir.

Nos vemos, Feliveka- dijo Richelle

Cuando acabe esta hora hay que encontrarnos de nuevo, o a ver que hacemos- replicó Viveka

¡Cielos, llegaremos tarde!- gritó Dagna.

Afortunadamente llegaron justo antes de que el profesor cerrara la puerta.

Todos empezaron a sacar sus cuadernos y lápices, la clase iba normal, Richelle estudiaba dibujo artístico, ya que tenía una gran habilidad para eso. Usualmente dibujaba algún paisaje que veía en los libros de la biblioteca, a alguna cosa o hasta persona.

Ya iba a la mitad de la clase cuando Richelle se dio cuenta de que estaba dibujando al chico de la biblioteca, y de que había detallado perfectamente sus ojos y su boca. Ella decidió acabar el dibujo con la esperanza de que así ese sentimiento de inquietud se alejara.

Oh, pero que guapo, ¿Es tu novio?- dijo Dagna arrebatándole el cuaderno.

N-no. Es un extraño, ayer choqué con él cuando salía de la biblioteca-

¿Y no le pediste su número? Porque se ve que te gustó-

¿Que parte de "Es un extraño" no entendiste? Además ya tenía que regresar a mi casa, era muy tarde-

Ay, la última vez que tuviste novio fue hace como un año... ¿Acaso nunca piensas enamorarte?-

En el momento en el que Dagna acabó su oración alguien tocó la puerta.

¿Sí?- dijo el profesor mientras atendía el llamado.

Después de unos minutos regresó a su escritorio acompañado de un chico.

Muy bien, tendremos a un nuevo estudiante trabajando con nosotros, ¿Querrías presentarte, por favor?-

Mucho gusto, mi nombre es Alger Zimmermann-

Richelle estaba atónita, era el muchacho con el que había chocado, y más importante aún, era aquél a quien estaba dibujando.

Siéntate detrás de...Richelle-

Fue entonces cuando ella reaccionó.

¡Oh por dios! ¿No es el chico que estás dibujando?- le dijo en un susurro Dagna.

Creo que sí...- dijo mientras sentía arder su cara.

Entonces en un súbito movimiento ella volteó su cuaderno para que él no lo viera.

Disculpa, ¿Esto es tuyo?- dijo alguien

Eh...¡¿Eh?!- dijo Richelle un poco aturdida

Disculpa, soy Alger, puedes llamarme Al si quieres... Am...

Richelle Wolff-

Ah. Richelle ¿Este lápiz es tuyo?- dijo mientras le mostraba el lápiz.

Oh, si, lo siento-

Ahora se sentía aún más avergonzada, pues en algún segundo del movimiento del cuaderno, su lápiz salió volando.

...Oye, ¿No te he visto en algún lado?- dijo él levantando suavemente su barbilla.

N-no lo creo-

¡Claro que sí, eres la chica del otro día, con la que choqué!-

Ella sólo bajó la cara, pues casi se estaba derritiendo de la vergüenza.

Disculpe, joven Zimmermann, ¿Verdad, podría tomar asiento para poder continuar con la clase, por favor?- dijo el profesor

Oh, si, perdóneme-

Todo se había calmado, al menos hasta ahora, pues ya casi acababa la clase.

Unos minutos después, la campana de cambio de clase sonó y Richelle se sintió un poco aliviada, por lo menos hasta que salieron del salón, pues alguien la llamó.

¡Rich!-

¿Rich? Nadie me llama de esa manera- pensó para después voltear.

Era Alger, el chico de la biblioteca, que venía directo hacia ella.

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2014 ⏰

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