𝖫𝖾𝗍'𝗌 🅼🅰🅺🅴 𝖺𝗋𝗍 𝗍𝗈𝗀𝗍𝗁𝖾𝗋.

El arte de amar

Estaba nervioso. Su corazón latía como un loco dentro de su pecho pues por primera vez en su joven vida se sentía realmente enamorado. Cuando fue Demoilustrador, el profesaba su amor por la de coletas pero lo que sentía ahora por Marc Ansiel era mucho mas fuerte.

El pelirrojo estaba sentado en un banco en uno de los grandes parques de la capital francesa mirando a todos lados. Si algo caracterizaba a su mejor amigo Luka Couffaine era la impuntualidad mas cuando Adrien Agreste, su novio estaba involucrado en el asunto.

Hacia 3 años que el músico y el guitarrista eran buenos amigos. Se conocieron en la misma academia donde acudían a sus clases de música y arte. Con el tiempo, ambos jóvenes se dieron cuenta que compartían varios gustos y Juleka era amiga del dibujante.

A lo lejos, Nathaniel divisó la imponente figura de Luka. Siempre pensó que era un chico sumamente atractivo pero nunca se atrevió ah insinuarle nada puesto que lo consideraba como un hermano. Agitó su mano con fuerza para que lo viera y el ojizarco al verlo, corrió a su encuentro.
-Tomate...- saludo de puños al dibujante...-

-Teñido...- una perversa sonrisa se formó en sus labios al percatarse de la marca en su cuello- Creó que ya el motivo de tu retraso!- toco la marca exaltando al recién llegado- Creo que Agreste quiere dejarme bien en claro que tu le perteneces...-

-Deja de decir tonterías pelirrojo- un notorio sonrojo cubrió las mejillas de Luka- Para que querías verme?-

<<-Voy a cobrarme esto diva... Aunque yo también deje marquitas... lo lamento por el que tenga que maquillarte hoy->>

Nathaniel suspiro de forma lenta y pausada, llamando la atención del peli azul que al instante comprendió su pesar y poso su mano en su hombro para brindarle confort - Creo que ya se lo que tienes Nath... y no es nada malo que te enamores nuevamente... Como se llama el afortunado?-

-Se llama Marc- desvió su cabeza, logrando que su largo cabello cubriera su rostro colorado- es un chico sumamente lindo y bueno pero...- volvió a suspirar apretando la mandíbulas con nerviosismo- tengo miedo de sufrir nuevamente... no podría resistirlo-

-No todos los chicos son como Fabritcio, Nath... Debes de dejar que un nuevo amor te ayude a superar tu dolor, no lo crees?- El artista solo asintió con su cabeza. Recordar a quien fue la persona que destrozo su corazón no era de su agrado.

Hacia dos años que Nathaniel había conocido a Fabritcio en su clase de arte. Era un gran pintor, además de simpático y alegre. Congeniaron desde el comienzo. Los dos eran sumamente compatibles a la hora de hacer su arte. Una tarde, en la casa del pelirrojo, ambos se dejaron llevar, besándose mutuamente, entregándose al placer de esa fruta prohibida.

Desde ese día, ambos empezaron a salir en secreto por el miedo a ser juzgados al ser diferentes. Todo marchaba bien entre los jóvenes y para celebrar el noveno mes de noviazgo, fueron a comer a un pequeño y acogedor restauran a las afueras de la ciudad parisina. Fabritcio al ser mayor, pidió una botella de chanpage la cual disfrutaron hasta la ultima gota. Esa noche, Nathaniel y el tuvieron relaciones. Para el joven artista, fue la primera vez que hacia el amor, para Fabritcio, solo una noche más.

Al transcurrir los días, el mayor comenzó a ignorar por completo al de melena rojiza, poniendo diversas escusas para no encontrarse con el. Nathaniel estaba sumamente triste: ya no pintaba y se aislaba del mundo en su oscura habitación. Esto le provoco una profunda depresión de la cual Luka fue su gran apoyo.

Dos meses después, los jóvenes artistas decidieron ir a una cafetería para distraerse un poco de la ajetreada semana de exposición artística. Era una buena excusa para Luka y así poder distraer a su mejor amigo. Al salir del lugar pasaron por un solitario callejón donde vieron algo que los dejo perplejos: Fabritcio estaba teniendo relaciones con lo que parecía ser un chico algo mayor que el en edad pero no en contextura física. Ambos no salían de su asombro y Nathaniel huyo con todas sus fuerzas de aquel lugar.