Todo tiene una razón, cada decisión que tomemos puede influir en nuestra vida o en la de alguien más.
Consciente o inconscientemente cada vez que nos topamos con alguna persona cambiamos el rumbo de su vida y de la nuestra. De la forma en que hablamos, lo que decimos y cuando lo decimos; todo influye en el rumbo y destino de las personas.
Un ejemplo para esto es la historia de Tom:
6:00 AM
La alarma de su teléfono sonaba, muy perezosamente buscaba su teléfono para apagar el molesto ruido, lo encontró y lo apago, se levanto aun con todo el sueño que cargaba y fue al baño para prepararse, hoy tenía una entrevista en una agencia de publicidad y tenía que dar una buena impresión.
Aún podía recordar a su amigo insistiéndole por teléfono que fuera a la fiesta de su hermano la noche anterior, la idea era tentadora pero la rechazó, ahora estaba listo para su entrevista
— Obtendré ese empleo, seguro — se repetía Tom mirándose en el espejo
7:00 AM
Tom salió de su casa, la entrevista era a las ocho así que tenía tiempo de sobra. Espero paciente el autobús, subió y se pasó todo el camino mirando por la ventana, vio a una niña cruzar la calle, un perro, todo relajado, todo normal hasta que ¡CRASHH! Se escucho un fuerte golpe y el autobús se sacudió.
Sucedió que el autobús había chocado contra otro auto, el conductor del auto chocado discutía con el chofer del autobús, y este se defendía diciendo que los frenos le fallaron.
7:40 AM
Tom miró su reloj y vio que aún tenía tiempo, por suerte no estaba muy lejos del edificio, así que bajo del autobús y siguió su camino a pie, pasando al lado de los dos conductores que seguían discutiendo, el conductor del auto chocado decía algo sobre entrevistar a alguien y que llegaba tarde.
Tom en un momento pensó que ese podría ser la persona que lo entrevistaría a él, pero desecho la idea y siguió su camino.
Entró en el gran edificio y se dirigió a la recepcionista.
— Buenos días señorita — saludaba a la recepcionista con una sonrisa
— Buenos días, en que lo puedo ayudar — la recepcionista en cuanto vio la sonrisa de Tom cambio su cara melancólica por una un poco más agradable
— Tengo una entrevista a las ocho
— ¡ah, ya! Usted es el señor Tom Pérez, ¿no?
— Si, así es
— El señor Gonzales aún no ha llegado, si quiere puede esperar a que llegue
— Si claro, esperare — ahora Tom recordaba el choque de esta mañana y se volvía a preguntar: ¿era él quien me entrevistaría? Y si así era ¿por qué no lo ayudé?
11:30 AM
Tom fue y se sentó en unas sillas al fondo de la sala. Espero y espero durante horas, ya cansado e incomodo por estar sentado tanto tiempo en esas sillas de metal. La recepcionista miraba de vez en cuando a Tom, sentía algo de lastima por él, ella sabía por experiencia que obtener un buen puesto allí era difícil. Recibió una llamada y en cuanto colgó fue rápidamente a buscar a Tom.
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Decisiones
SpiritualNuestras decisiones, no importa si parecen pequeñas, pueden traer grandes cambios a nuestra vida o a la de alguien más, queramos o no.