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Los trabajadores iban y venían, se notaba a que era un día ocupado, papeleos por aquí, reuniones en áreas, conversaciones con proveedores, algo normal dentro del edificio donde se llevaba a cabo todo. T.Ink, empresa reconocida mundialmente por estar entre las primeras a escala global en el mundo de los negocios, ni hablar dentro de Europa, dentro del top 10.

Muchos dirían qué todos los trabajadores se encontraban ocupados haciendo algo de provecho, para atraer dinero o para hacer valer su salario, si todos menos el hijo más joven del matrimonio dueño de la empresa. Dylan Thompson.

Ligeros gemidos se escuchaban de la qué es la oficina de Dylan, cualquiera que se acercara lo suficiente por el área notaria qué estaba pasando dentro de dicho lugar, muchos lo verían como algo normal otros como algo que no debería de estar sucediendo en esa empresa y otros que simplemente no les interesa lo que haga uno de los hijos de los jefes.

El sonido de tacones se hizo presente en el pasillo una vez se abrieron las puertas del elevador del piso donde se encontraba Dylan y su acompañante. Sonido qué los involucrados no notaron por estar en su ambiente. Se vieron interrumpidos de forma abrupta cuando la puerta fue abierta, considerando qué esta estaba cerrada con pestillo. Ambos jóvenes, al notar qué la puerta fue abierta, comenzaron a arreglarse la ropa lo más rápido que podían, uno con el rostro rojo de la vergüenza y otro con una mirada de fastidio hacía su progenitora.

— Me fascina como es que te encuentras trabajando hijo mío cuando te dije de manera muy explicita qué requería de tu ayuda en ciertos asuntos, pero una vez más me has demostrado que no eres capaz ni de ayudarme con algo mínimo como eso. — hablo claro y sin titubear jugando ligeramente con la llave con que abrió, si ella se veía venir esa situación. Algo un tanto normal, pero no por ello de su agrado, en el comportamiento de su hijo menor.

— Lamento decirte que si estaba trabajando, pero me distraje. — miró de lado ligeramente a la chica que quien terminó de vestirse y salir lo más rápido que podía del lugar dejándolo solo con su madre. Todo eso sin siquiera voltear atrás.

— Claro, algo tan vanal como el sexo, al menos ten la decencia de hacerlo en otro lado y no en donde cualquiera pueda verlos o escucharlos. — espetó ella molesta.

— Lamento no tener tu fineza madre, haré lo posible por que no vuelva a ocurrir. — si bien una parte fue dicho con burla, otra fue con una ligera disculpa, muy ligera, no es como si realmente lo lamentara.

— Cuida tu tono, que te recuerdo, soy tu madre y no te hecho nada para que me faltes el respeto de esa manera — se cruzó de brazos aun sosteniendo la llave en su mano.

— Ya, ya, no volverá a ocurrir. Más bien dime a que viniste, por que dudo que haya sido para el trabajo.
Al Dylan mencionar eso, Laura, su madre, su semblante cambio a uno un tanto extraño a su haber, no sabía como describirlo.

— Acompañame con tu padre, ahí sabrás que queremos hablar contigo. — dicho eso, dio vuelta directo por donde llego saludando cortésmente a algunos trabajadores qué se encontraban ahí, eran pocos, 2 para ser precisos pero ellos no les interesaba mucho lo que el Dylan hacía ahí.

A pocos pasos detras de ella venía su hijo con una mirada interrogante, no tenía idea alguna de que se avecinaba.











































So, no se si a la gente le interese volver a leer esto  pero aquí andamos, voy a resubir todo pero tratando de editarlo y corregir todo y tratar de que no haya muchos huecos como los que tiene la versión original, más adelante hablaré de por que decidí mandar todo a borradores.

A los que vuelvan, los quiero y si nos volvemos pocos comparados a los que eramos, no importa se que eso era una posibilidad cuando hice esto.

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