Epílogo.

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La vida trae cosas interesantes en ella.
Pasan cosas que nunca imaginarias que podrían ocurrir.

Desde niña supe que era diferente, soñando que besaba a mis amigas, sintiendo atracción por los cuerpos delgados y delicados.

Pero trate de ocultarlo.
Y falle terriblemente.

Ahora con 30 años, intento volver a ocultar un pasado que no quiero que vuelva a relucir.
Quiero que todos olviden ese desliz con aquellas mujeres, porque implica contestar preguntas y recordar como un padre abandona a su familia por el miedo.

Tengo miedo.

Un bebé crece en mi vientre con lentitud. No me arrepiento de nada, me gusta llamarlo "mi salvavidas"  estoy aferrada a este niño que implica una nueva vida para que transforme la mía.

Le había dicho a Padre que no sería como él, sea niño o niña a quien decida amar será totalmente su decisión. No puede terminar como su madre, que llora y sueña con la vida que pudo tener con aquella muchacha que conoció en preparatoria.

Las cosas mejorarán o es lo que me repito a las 3 de la madrugada cuando todos duermen menos mis culpas; me gustaría no haber involucrado a Uziel en esto, porque sé que me ama, lo veo en sus ojos cuando se despide con un casto beso en los labios todas las mañanas.

Escribí por días, meses, años estás cartas a Padre, que narran mi juventud con dudas, porque era el ser humano que más amaba; una pena que nunca las envié.
Si lo hiciera, no lo volvería a ver y lo amo tanto que no importa lo infeliz e insegura que sea ahora.

Padre me ve con ojos orgullosos con un destello amoroso, me abraza de nuevo y me dice "mi niña"

Espero que Padre sea feliz por los dos.
Aquí terminan las cartas que nunca leíste.
Aquí terminar los sueños de una mujer que nunca pudo decir "Padre me gustan las niñas"
Aquí termina...todo querido Padre.

-Con amor Eliza.

ϙᴜᴇʀɪᴅᴏ ᴘᴀᴅʀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora