"Estás sentado ahí, te ves tenso; me doy cuenta por tú expresión, y hasta en la forma en que estás sentado.Pero igual te ves tan hermoso como un ángel. Tú eres un ángel.
Estás ahí, sentado con tus hombros encogidos y uno de tus pies moviéndose constantemente con nerviosismo.
Estás ahí, el suéter que tienes es, como siempre, mucho más grande que la complexión de tú cuerpo. Puedo notarlo claramente por como tus manos logran esconderse bajo la tela de terciopelo (que por cierto, amaría ser esa tela felpuda y amarilla pastel para acariciar tú piel) y, además, la piel pálida de tus hombros, tan perfectamente imperfecta, está a la vista porque el suéter se deslizó ligeramente. Quiero besar la piel suave de tus hombros.
Estás ahí, con el cabello rubio; en ondas rebeldes que caen como cascada sobre tus ojos y orejas, guardándote solícitamente algunos mechones detrás de tú oreja izquierda. Sé que es esponjoso y se siente bonito al hundir mí mano en tú mata de cabellos dorados. Lo sé completamente porque a ti te fascina que yo lo haga cuando estás a mí lado, en la cama con una sábana blanca cubriendo tú piel desnuda. Para ser sinceros, eres mucho más hermoso estando desnudo. Mostrándome tus imperfecciones tan perfectas y permitiéndome amarte físicamente.
Estás ahí, con las mejillas ruborizadas como siempre. Es natural en ti, algo innato. Lo sé porque, cuando te sonrojas por un cumplido o algo parecido, no solamente tus mejillas se pintan de color carmesí. También tú cuello y orejas, te pones caliente y sonrojado de vergüenza.
Estás ahí, con esa manía de morder la yema de tú dedo pulgar. Siempre finaliza de una tonalidad sonrosada y con tus dientes marcados levemente, lo sé muy bien. He pasado noches en vela acompañándote en noches de estudios en las que soy testigo de tus manías.
Estás ahí, abultando de manera adorable tus rechonchos labios, los cuales son tan suaves que los pétalos de las rosas sentirían envidia. Y ese par de sedosos labios se sienten tan bien sobre los míos. Me besan delicadamente, con amor. Como desde el primer día.
Estás ahí, tamborileando tus dedos sobre la mesa azabache de la biblioteca. Tus dedos son pequeños y rellenos, totalmente diferentes a los míos que son largos y huesudos. Pero ellos son tersos y los míos ásperos. Y se sienten tan bien sobre mí, tocándome sin pudor, con amor, ternura y a veces tímidamente. También se siente maravilloso cuando unimos nuestras manos, en la calle, bajo las sábanas, haciendo el amor, sobre tú lindo abdomen cuando te abrazo por atrás y las apoyo ahí y tú las juntas con las mías.
Estás ahí, frunciendo tú entrecejo, y no sé si es de confusión o molestia. Tú solamente arrugas el ceño cuando estás molesto o confuso, también cuando tienes algo en la cabeza y no te deja en paz. Pero sé que con tórridos besos puedo quitar eso de tú cabeza por un momento. Ahora mismo recuerdo que también estás ceñudo cuando hacemos el amor y, estamos recién comenzando, o, estamos en nuestro punto máximo de placer y amor.
Estás ahí, JiMin. Siendo solamente tú y únicamente tú.
Eres imperfecto de manera perfecta, puro, travieso, honesto, desafiante, tímido, con un alma joven. Con un par de oídos que siempre escuchan como estuvo mí día, con unos labios cálidos que amorosamente me besan, dos manos suaves que gentilmente me tocan, brazos fuertes y cálidos para sostenerme, una bonita sonrisa para entregarme cada mañana que despierto a tú lado.
Estás ahí, con tus manías, pensamientos, ideales, con tú personalidad, con tus mejillas sonrojadas que se abultan cada vez que me regalas una sonrisa, con tus palabras de aliento, amor, amistad. Con tú fascinación por los dulces que no llegan a serlo tanto como tú lo eres, con tú profundo amor por las mañanas de besos íntimos y caricias en el cabello, con tú preferencia de quedarte junto a mí en las noches, abrazándome, frotando nuestros pies bajo las cobijas mientras nos susurramos cosas, reímos tontamente y nos besamos.
JiMin, eres tú y con eso me basta.
Te amé, te amo, y te amaré por siempre hasta que mí respiración se atasque.
— Min YoonGi."
YoonGi se alzó de su asiento después de doblar el papel blanco que tenía cuidadosamente salpicado algunas palabras confesando algunas cosas, lo guardó en el bolsillo de su sudadera negra y cogió su mochila para colgársela en los hombros. Sobre la mesa de la biblioteca tenía una bandeja con tres sándwiches de jamón y queso y también una pequeña caja de jugo de durazno; también agarró eso y indudablemente se acercó a la mesa del chico de hebras rubias que brillaban plenamente gracias a los rayos del sol.
"Buenos días, cariño" YoonGi besó una mejilla sonrosada y apoyó su trasero sobre la silla más cercana a JiMin.
"Hola, hyung" el menor murmuró distraído, muy concentrado en las palabras de su libro.
"Hmm, hoy no me despertarse para desayunar juntos" YoonGi comentó a la par que jugaba con un cordón de su sudadera.
"Hmm..." no prestó atención.
YoonGi suspiró rendido y miró por un momento la bandeja de sándwiches, la caja de jugo de durazno y el papel doblado. Todo frente al libro que JiMin se esmeraba en tragar la información, a pesar de que ya tenía todo en su memoria y comprendía.
"Amor..." YoonGi se aproximó más al menor y acunó su regordete rostro en el hueco que hizo con sus manos amplias. Los ojos de JiMin por un momento lo miraron perdido y el ceño lo frunció con confusión. "Lo harás bien, estudiamos juntos para esto, nos prepararemos bien para que tú puedas dar lo mejor hoy. Los harás picadillos" sonrió y una minúscula sonrisa acarició los rojizos labios de JiMin. "Ahora déjate de preocupar, te traje algo de comer y algo más para mantenerte bien en tú examen."
"Gracias, cielo" JiMin sonrió en agradecimiento y se acercó a los delgados labios ajenos para besarlos mínimamente.
"Mí próxima clase está por comenzar, tengo que irme" sonrió ante el puchero de JiMin. "Aliméntate y échale un vistazo a lo otro" besó por última vez sus labios antes de levantarse de su asiento e irse.
JiMin vio con una sonrisa plasmada en su rostro como YoonGi se iba, cerró el libro y lo alejó un poco para tomar las cosas que su pareja le había traído.
Abrió la bandeja y tomó un sándwich para después coger el papel, lo desdobló con cuidado y sonrió al notar la caligrafía del mayor.
Sus ojos se deslizaron por cada palabra, leyendo minuciosamente todo, su corazón acelerándose hasta el punto de asustarlo y sus mofletes sonrojándose de timidez. Quizás algunas lágrimas traviesas aparecieron en las esquinas de sus bonitos ojos.
Entonces, JiMin lo supo otra vez en cinco años de relación, YoonGi era la persona indicada para pasar el resto de sus días.
Discúlpenme si hay errores y gracias por leer 💞
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Beautiful angel ☾y.m☽
Fanfiction'Pero igual te ves tan hermoso como un ángel. Tú eres un ángel.'