Todos mis impulsos, todo mi organismo estaba desarmado en ese momento. Grupos de animales a mi alrededor, murmurando cosas. Y un par de bestias que me miraban como si yo fuera su presa, pero sin embargo no respondía, no reaccionaba, por que mi cabeza solo se enfocaba en la primera imagen que visualizo en un principio. En un arbol, un arbol que había sido talado. Un árbol tan hermoso, el más admirable de aquel pequeño infierno diría yo. Ese árbol había sido totalmente desterrado. Pude ver sus raíces a medio salir, pude ver cada hoja cayendo sin parar, pude ver que tan desarmado y triste se veía aquel ser.
En un profundo silencio que mi cabeza generó, se creó incertidumbre, ¿por que las cosas debieron darse de tal manera? ¿Hubieron posibilidades de yo haber podido ser un héroe en aquellas circunstancias? Claro que sí. ¿Como lo sabía? Por que yo me reunía cada tarde con aquel árbol y me complacia de tal placer que nadie podría compartir y estaba advertida. Aquellas bestias amenazaban con destruirlo todo. Yo solo jamás creí en sus palabras y continue mis encuentros.
Pero hoy ya nada es igual. Todo acabó y estaba todo previsto.