;ᴇʀᴇs ᴍɪᴏ♡

ஓீ͜͡ঔৣ፝͜͡ ❝Capítulo 3❞

JiMin se limitó a sentarse en las sillas del comedor y observarlo atentó para cerciorarse de que no cometiera alguna locura por su rabia.

—¿Eres su novio? —Preguntó con un tono más calmado.

—¿Que acaso no viste como lo recibí? Lo detesto tanto o más que tú —exclamé ofendido.

—No lo quiero volver a ver aqui —gruñó como perro rabioso.

—Pues díselo a él, no es mi culpa que él sea tan molesto e insistente —cerró los ojos y respiró hondo para luego apretar el vaso que ahora estaba en sus manos.

—No tienes idea de cuantas ganas tenía de golpearlo —suspiró.

—¿Y que ibas a lograr con eso? —pregunte.

—¡¿Quieres saber que iba a lograr?! —Exclamó furioso acercándose de golpe haciendo que solo centímetros quedaran entre nuestros rostros.

La expresión dura de su rostro se relajó al sentir el aroma a cerezas de JiMin, lo hacía a propósito, el pequeño pelirosa sabía como controlar a su lobo, soltando sus feromonas.

En seguida el timbre sonó y YoonGi desvió su mirada a la puerta.

—Yo abro —dijo para luego dirigirse hacia la sala.

Pasaron unos segundos y llego a la cocina acompañado de NamJoon, ambos hablaban con bastante animo, NamJoon era uno de los grandes amigos de Justin, uno de los pocos que me apoyo cuando estaba pasando por la difícil situación de hace unos años, al verme sentada mirándolo sonriente en seguida me abrazó y besó mi mejilla.

—¿Ahora me podrían contar que hacen juntos? —dijo sentándose junto a mi, YoonGi imito la acción y suspiró antes de comenzar a narrar la historia.

El alfa de hoyuelos se limito a callar, y escuchar atentamente para despues YoonGi lo invitará a hacer todo tipo de cosas con las que solían divertir.

Pov YoonGi.

—Por dios Justin —dijo NamJoon mirándome incrédulo.

—Ha pasado mucho, tienen que aprender a llevarse bien, no tienen idea de cuantas cosas pasaran juntos —reprimió.

—Lo se, pero ella es complicada y lo que paso.....

—Lo que pasó ya es pasado, no pueden quedarse toda la vida en la misma página —asentí.

—Si, tienes razón —caminaba de un lado a otro.

—Ahora que ya le diste la razón al rey —dijo burlón.

—cuentame, ¿con cuantos omegas has salido? —sonrío pícaro.

—Bueno, la verdad he pasado un buen rato con unos y unas cuantas —dije para luego reír junto a el.

—Unas cuantas significa que la cifra te da vergüenza o ¿es que es tan grande que ni la recuerdas? —dijo apoyando sus pies en mi escritorio y mirándome fijo.

—No lo recuerdo —reí y me alce de hombros.

—Pero ninguno como JiMin, ¿cierto? —me miro divertido y en seguida me puse serio.

—P-pues... yo si, algunos —mentí descaradamente rascando mi nuca.

—Haré que te creo —sonrió.