—Familia!!.—escucho desde la entrada a mi querida hermana menor que extrañe demasiado.
El primero en salir corriendo a por ella es el pequeño hombrecito de la casa.
—Cloo!! .—abraza la cintura de mi bonita rubia hermana.
Cleo le devuelve el abrazo y desordena el cabello castaño de Estefan.
—Tía te extraño mucho, pequeño.—deposita un beso en su mejilla.
Clara se acerca viendo la escena con ojos llorosos. La mirada de la hermana menor se clava en la de la mayos, se sonríen.
—Ven para acá y abrácenme, te extrañe mucho clara.—los tres se abrazan, y después de unos segundos se separan.
—Prepare tu platillo favorito, crema con espárragos.—los tres se levantan.
—Si! Si! También es mi favorito mami!.—dice entre brinco un brinco.
—Muero por probarlo.
Clara sirve los tres platillos sin preocuparse con una felicidad en su pecho, extraño tanto a su hermana pequeña.
—Mmm es... tan delicioso.—saborea Cleo con satisfacción el platillo.—Ah Carlo le encantaría...
La última declaración deja a todos en absoluto silencio, en especial a Clara que no puede evitar mirar con horror a su hermana.
La menor de las hermanas sin darse cuenta suspira de amor por su príncipe que la espera en su palacio, un sueño echo realidad.
—¿Que has dicho?.—pregunta perdida a su hermana para asegurarse e que no está mintiendo, como desearía que fuera mentira.
Cleo se levanta con una gran sonrisa y mira a los dos integrantes de su reducida familia, pensando en cuanto desearía tener a su madre junto a ella.
—Fue la elegida!.—grita con euforia y dando brinquitos de felicidad.—Entre todos esas lindas princesas y escasas plebeyas yo fue la elegida por el!.
El primero en reaccionar sin saber a lo que se refiere su tía es un pequeño Estefan. Y Clara, bueno, ella se queda con la boca abierta y el ceño fruncido.
Cleo se da cuenta de eso y detiene su festejo.
—Que sucede Clara... no estás feliz por mi?.—pregunta con triste y un poco de reproche.
—Bueno, yo, quiero decir, si, si lo estoy, pero... pero...—tartamudea por qué de la nada los recuerdos de su pasado cobran factura y regresan a su cabeza.
—Te dejare pensarlo un poco, me llevaré a Estefan al patio para jugar.—La menor de las hermanas toma la manita de su sobrino y caminan a la salida de casa.
Dejado a Clara sola y con esos recuerdos, esos momentos, malos y felices...
—¿Que sucede contigo? ¿Por qué usas una capucha? ¿Eres un ratero?—pregunto mirando al hombre que tiene cubierto gran parte de su rostro con una manta.—Si o contesta llamaré a los guardias.
El hombre se da la vuelta, lo primero que puede notar Clara es el azulado color de ojos que se reflejan desde la distancia, se queda sin palabras.
—No es de tu inconveniencia, metete en tus asuntos, quieres?.—habla por primera vez el extraño con esa voz fuerte y ronca, a Clara se le heló el corazón con tan solo escucharlo, pero eso no la asustara.
—Guardias!!.—grita pero unas manos grandes y fuertes ejercen fuerza en su boca, Clara trata de liberarse del extraño.
—te dije que guardaras silencio.—gesticula el hombre a su espalda y poco a poco la llega a un rincón lejos del gentío.
Y sin decir palabra alguna entran a un callejón, Clara se imagina lo peor.. ¿y si le hace daño?.
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Un final feliz, fuiste tú
Romance¿Han escuchado de las historias sobre el noble y la plebeya? Seguro que si. Bueno, eso fue lo qué pasó conmigo, me enamore perdidamente de un príncipe, con hermosos y profundos ojos azules, sonrisa encantadora y con muchos problemas a su alrededor...