Mudarse a Japón tal vez no fue una buena idea. Erick no hizo amistades ahí, siempre se le dificultó hablar con la gente y no por no saber el idioma, todo lo contrario. Ya podía entender a la perfección el incluso dominaba la escritura.
La única persona que se atrevía a llamar conocido, era un chico llamado Joel, Joel Pimentel. Ambos eran latinos por lo que podían hablar español entre ellos.
Estudiaban en la misma escuela y vivían en el mismo edificio. Salían todas la tardes al estanque, quedaba muy cerca de su edifico, ahí lanzaban piedras y competían por quien lanzaba más lejos, eso hasta que algún guardia les llamara la atención y tuvieran que irse, o bueno escaparse.Así se llevaron un mes hasta que se pusieron el apelativo de amigos y por la falta de otros decidieron ser mejores amigos. Todo iba bien hasta que aparecieron los sentimientos.
Erick empezó a sentir sus mejillas rojas cada que Joel lo llamaba Er, empezó a sentir revoltijos en la pancita cada que lo tomaba de la mano. Empezó a sentir nervios cada que estaban muy cerca y sus labios le picaban mucho al igual que sus manos. Nunca había sentido algo similar, tenía 16 años, esas sensaciones y emociones eran nuevas para él. No sabia si era buena idea comentárselo a alguien, por lo que decidió callarse. Los problemas para disimular sus nervios se hacían cada vez más difíciles hasta el día en que se desencajaron cuando Joel lo besó en la mejilla muy cerca de los labios.
Quedo inmóvil y solo reaccionó para levantarse y correr, no quería ir a su casa pero tampoco podía ir muy lejos, no conocía muchos lugares. Corrió y corrió hasta donde sus piernas se lo cedieron y cuando paró, divisó que había llegado a un callejón. Conocía en donde estaba, se alivio por eso. Sentía un nudo en el estómago y unas ganas irracionales de llorar. Se apoyo en una pared y se dejó caer, abrazo sus piernas y hundió su cabeza entre ellas.
Dejo que su llanto sin motivo se libere, hipo y lloro. Seguro ya había manchado el pantalón. Su llanto fue bajando hasta que oyó su voz.
- ¡ERICK! ¡¿ERICK?! ¡¿ESTÁS AQUÍ?! Mierda ¿Dónde carajo está? No debí besarlo no debi besarlo, soy un estúpido. ¡ERICK!
Se quedo en silencio y pudo oír como maldecía e incluso oyó un sollozo. Sin poder evitarlo hipo, se tapó la boca pero fue en vano porque escucho sus pisadas ir a donde estaba.
- ¿Erick?
Alzó la cabeza y sus miradas se encontraron. Joel se incó a su altura y tomó sus manos, él no se lo impidió pero evitó mirar otra parte de Joel que no sean sus ojos.
- ¿Por qué corriste?
- Tengo miedo. -Trato de no sollozar más.
- ¿Me tienes miedo? -su rostro fácil podía confundirse con temor puro.
- Me tengo miedo, temo lo que estoy sintiendo y lo que tu haces no ayuda. Solo haces que sienta más miedo de mi mismo.
- ¿Qué sientes Erick?
- Siento nervios cuando estas cerca, me pican las manos por tocarte, me pican los labios por...
- ¿También me quieres besar? -pregunto sonriedo. Erick se perdió pensando en lo lindo que se veía sonriendo.
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El Bosque de los Suicidios ▪Joerick▪ ||O.S||
Short StoryEl final ya lo conoces. El motivo aún no.