Capítulo 15.

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Comencé a caminar para salir de aquella habitación y los pasos de ______ fueron torpes detrás de mí, ya que yo tiraba de su mano para que lo hiciera. Giré mi cabeza para mirarla.
—Pero, ¿Qué demonios haces? —me preguntó.
—Tú solo camina —le dije y tiré más de su mano, para acercarla a mí.
Kang salió de la habitación.
—______, ¿A dónde vas? —le preguntó.
—Tenemos cosas que hacer Kang —contesté por ella.
—______, te estoy hablando —dijo él. Detuve nuestros pasos y me giré a verlo.
— ¿Acaso no te has dado cuenta de que estas enfermo? Así de pie y encima descalzo no vas a curarte más Kang, será mejor que vuelvas a la cama.
Vi como su cara se tornaba rojo de la rabia.
—______, vuelve aquí —le exigió de manera autoritaria, como si ella fuera un perro o algo así.
Ella lo miró fijo por unos cuantos segundos, y luego me miró a mí.
—No soy una de tus criadas, para hacer lo que quieras —le dijo ella. Sonreí levemente y ella me volvió a mirar —Vamos.
—Vamos, cariño —dije y volvimos a caminar.
Tuve unas ganas tremendas de girar a ver cómo había quedado Kang, pero no lo hice, para poder llegar más rápido a la salida. Además de que había dejado sin protección a Betty. Salimos y con cuidado ella soltó mi mano.
—Ya no es necesario que me agarres de la mano —me dijo.
—Está bien, está bien —le dije y me subí a la moto —Sube, vamos.
— ¿A dónde? —me preguntó frunciendo el entrecejo.
—Tú solo sube, yo luego te digo.
Se subió y prendí marcha hacia lo de Sana. Sabía perfectamente que si le decía que la llevaría a lo de Sana se iba a negar rotundamente. Llegamos a una pequeña casa, que se encontraba cerca de la Universidad. Allí vivía la rubia insoportable de Cho Sana.
______ se bajó y luego me bajé yo.
— ¿Podrías decirme en dónde estamos? —volvió a preguntar.
—Ya lo veras —dije y tomé de su mano, para caminar hasta la puerta de la casa.
Toqué el timbré y más rápido de lo que esperaba la puerta se abrió. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de la rubia.
—Viniste —dijo con voz chillona.
Sentí como la mano de ______ apretaba con fuerza la mía. Entonces, con un solo tirón la presenté adelante, para que la viera. La sonrisa de Sana se esfumó más rápido que un 'hola que tal'. Sus ojos se clavaron con asombro y enojo sobre la pequeña figura de ______. Arrastrando la vista me miró a mí. Yo solo sonreía como si nada pasara.
— No sabía que venías acompañado. —me dijo apretando los dientes.
—Y desde ahora en más, va a ser así casi siempre —le dije.
Volvió su vista a ______ y vi como su rostro cambiada radicalmente.
—Entren —sentenció y entró a su casa.
— ¿Qué es esto? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso quieres vengarte de mí por haber ido a lo de Daniel? —me preguntó por lo bajo.
—No, no es eso. Te traje como escudo anti-sana —dije por lo bajo para que la rubia que estaba delante nuestro no escuchara —Además de que no iba a dejarte con el neandertal de Kang.
—Me debes una grande, Jeon —musitó. La miré de costado y le sonreí.
—Demás está decirlo, cuando quieras te pago cariño —dije.
Sana detuvo su paso y se giró a vernos. Quizás nos escuchó.
—Pueden sentarse ahí, ya traigo las cosas para el trabajo —dijo de mala gana y se metió en una puerta.
—Creo que no puede odiarme más porque no tiene capacidad mental para hacerlo —dijo ______ mientras se sentaba.
—No le hagas caso, está loca —le dije mientras me sentaba a su lado.
—Sí, y es por tu culpa —me dijo.
—Ya, ya cariño, no me sigas retando —le pedí.
Sana entró y apoyó, con algo de fuerza, los libros sobre la mesa. Despreocupada ______, sacó su celular y comenzó a escribir en él. Miré a Sana, y esta se sentó frente a mí.
—Bueno, ¿Qué hay que hacer? —le pregunté.
—Es un trabajo que mandó la profesora de contaduría. Quiere que realicemos un análisis general de no sé qué cosa.
—Análisis general del consumidor final —habló ______ sin dejar de escribir en su celular.
Sana le lanzó una venenosa mirada y volvió la vista a mí. Traté de no reír, pero me fue imposible. Así que la rubia me miró con enojo.
—Sí, ¿y qué más? —le dije para que volviera a concentrarse en el tema.
—Eso, y hacer un gráfico con las estadísticas del mes —me dijo.
—Empecemos —dije y tomé el papel. Pero mis ganas de ir al baño impidieron que empezáramos. —Sana, ¿Dónde está el baño?
—Esa puerta de allí —me dijo y me la señaló con el dedo.
—Ya vuelvo señoritas —me disculpé y salí de allí.
Entré al baño, hice lo necesario y volví a salir. Detuve mis pasos al escuchar la voz de Sana.
—Te lo advierto querida, va a ser mejor que te alejes de Jungkook —le dijo.
—Escúchame bien peliteñida —le habló la morena —Me parece que al fin la tintura barata que utilizas quemó las pocas neuronas que tenías. Ya no me van tus estúpidas amenazas. Y si no quieres terminar peor que la primera vez, mejor cierra la boca...
—Eres una... —entré a la sala antes de que la cosa pasara a mayores. Refrené una sonrisa, la morena había dejado bien en claro quien de las dos era más peligrosa.
—Bueno, ahora si podemos comenzar —dije mientras me sentaba de nuevo.

Peligrosa Obsesión. ♡ |Jeon Jungkook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora