16.

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 Jungkook me dijo que me llevaría con él a la escuela, pero antes de que yo me alejara de él, él me había agarrado del codo obligándome a quedarme. Luego dijo algo que me había dejado helado.

—Yo te protegeré en la escuela. No permitiré que nadie se te acerque o te haga daño. Te lo prometo. 

 La respiración se había ido de mis pulmones y solo pude quedarme allí, mirándole como un estúpido. Él me sonrió y me dejó libre para irse a su habitación. Luego de eso no lo vi más.

 Estaba tendido sobre la cama boca arriba observando el blanco techo, pensando en lo sucedido esta mañana. Jackson empujándome. Yo en el hospital. Jungkook diciendo que me cuidaría. Mi padre... ¿Qué estará pasando por su cabeza? Me acurruqué entre los muchos cojines cuadrados y cubrí mis pies con la piezera de piel y polar. Suspiré y desvié la mirada hacía la ventana que a estas alturas de la tarde estaba empañada por la humedad y el frío. Golpearon la puerta antes de que ésta se abriera y Jungkook entrara, algo cauteloso, a la habitación. Me di la vuelta sin levantarme, pero cuando vi que abrió la boca y no dijo nada, me senté mientras ordenaba algo de mi enmarañado cabello. Vi su esfuerzo por hablar, así que lo ayudé. 

  —¿Qué sucede, Jungkook?

 |PDV de Jungkook|

  ¡Diablos! ¿Porqué me tomaba trabajo hablar con el? Suspiré frustrado mientras me acercaba a el lo suficiente como para sentarme a su lado en la cama. Fue entonces cuando hablé.

—Yo solo te quería preguntar las cosas que te hacía tu padre.

El solo se dignó a mirarme unos segundos antes de desviar la mirada hacía otro lugar, con la cabeza gacha.  

—Yo... —calló.

Le tomé las manos, intentando consolarlo.

—Sólo quiero saber... No tienes que responderme si no quieres, ¿Si?

—Si. Pero quiero que sepas... Yo... uhm... nunca le había dicho nada a nadie, ¿sabes? Solo... debes tenerme paciencia...

Esta vez fui yo quien la callé.

—Tengo tiempo —sonreí.  

 —Bueno... Te contaré lo peor que me ha hecho... Era verano y hacía mucho calor. Mi papá estaba tomando cerveza fría, y yo lo único que quería era algo para refrescarme, ya que tenía la boca seca. Entonces fui y le pedí un poco... Se enojó... mucho y en vez de darme un traguito, me golpeó con una de las sillas que tenía allí con él. Me rompió por segunda vez el brazo allí. Casi me mata. Cuando desperté, estaba sobre un suelo completamente húmedo por mi sangre, ya que me había echo muchas heridas algo graves. Él se había ido a trabajar. Yo sola me curé las heridas y cuidé mucho de mi brazo. Para ello debí faltar una semana a clases para evitar que Jackson me dañara en alguna otra parte —se detuvo y lo vi sollozar.

El estaba solo en el mundo. No tenía a nadie allí para ella, y el hijo de puta de su padre no le proporcionaba ni un trago de agua fría. Las lágrimas caían de sus hermosos ojos, y eso hizo que algo muy profundo en mi interior se rompiera. Logré sentir su temor, el miedo en ellos cuando miraba a alguna persona.  

Lo estreché firmemente en mis brazos y noté como se tensó por un momento para que luego se relajara en ellos. Escondió su rostro en mi cuello, mientras intentaba controlarse. 

—No me gusta que me vean llorar —farfulló.

—Shh... Es mejor mostrar tus sentimientos en vez de guardártelos y hacer que ellos te hagan daño —intenté calmarlo. No lo logré.  

Estuve así unos minutos con el, consolándolo, hasta que sus sollozos se fueron controlando hasta detenerse, pero no se apartó, si no que se mantuvo apoyado en mis brazos hasta que noté que se había quedado dormido. Acaricié su suave cabello antes de acostarlo junto a mi en la cama.  

 Habían pasado al menos cinco minutos hasta que mi madre entró en la habitación. Señalé con una mueca a Jimin para que evitara hacer ruido. Ella asintió y me pidió con un gesto que saliera de la habitación. La seguí hasta el pasillo.  

  —Pensaba en invitar a ustedes dos para que nos acompañaran hasta la casa de tu tía Dorothea, aun que veo que eso no será posible, ¿no?

Negué: —No mamá. Me contó una de las veces que su padre le ha golpeado y lloró hasta dormirse.

Mi madre me miró preocupada y asintió.  

  —Pobre chico... No puedo creer todo lo que a sufrido desde que su madre murió. Que bueno que lo encontraste, ¿sabes? —me sonrió y me besó cariñosamente la frente— Iré con tu padre y Lisa , ¿bien? Cuida a Jimin... Y nada de cosas, ¿eh? —me guiñó un ojo juguetonamente, si mis padres saben que soy homosexual. Y sin mas salió hasta el vestíbulo donde mi padre y mi hermanita la esperaban. Mamá les dio la noticia y luego de que se despidieran de mi se fueron. 

Suspiré y volví a entrar a la habitación para ver a Jimin sentado, con las mejillas ruborizadas. Le sonreí y fui con el para sentarme a su lado.

—Creo... que me dejé llevar... Uhm... lo siento... —dijo, sin mirarme.  

—¿Qué? ¿Te disculpas por llorar para desahogarte? No, ni lo pienses.

El levantó la vista por un momento y asintió, mientras se corría el cabello hacia atras. El silencio llenó el vacío de la habitación, fue entonces cuando miré sus labios que estaban entreabiertos. Rosados, suaves a la vista, gruesos y para nada de secos.

Fue un impulso, o quizás no. Le alcé el mentón con una mano y me acerqué a el para besarlo.  

Sálvame || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora