Venganza 5 parte dos.

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-Te apuesto lo que quieras a que Lay no cae - dijo Amber.

-Si gano, me comprarás ese bolso lindo que vimos el otro día.

-Echo, pero si fallas tu me regalas unas zapatillas.

-Trato echo.

-¿Y cual es el plan?

-Tranquila que ya esta todo listo, solo debo convencer a Lay que venga por unos batidos conmigo.

-Quiero saber.

-No creo. - abracé a mi amiga - nos vemos, debo seguir con mi plan.

Camine buscando la sala en donde estaba Lay, pude ver que estaba en química. El timbre estaba a punto de sonar así que lo esperé en la puerta.

-De nuevo tú ? - fue lo primero que dijo cuando me vio. Yo sonreí.

-Lay! También me alegra verte.  - dije irónicamente. - ¿hoy me puedes acompañar?

-¿Y yo porque?

-Quiero darte un batido por lo de aquella vez. Vamos al centro comercial.

-No te preocupes, no hace falta.

-Si que lo hace, vamos vamos vamos - hicé berrinches peor que niñas de 10 años.

-NO.

-Vamos, vamos se bueno.

-Aish, si digo que si ¿dejarás de molestarme?

-¡Claro que si! lo juro.

-¿dios porque de todas las personas esto me tiene que pasar a mi? - dijo mirando al cielo y haciendo gestos raros con las manos.

-Ay no seas dramático. ¡Vamos, rápido!

Este solo bufo y me siguió.

/

-¿De que sabor lo quieres?

-Piña.

-Uno de piña y otro de frutilla por favor.

Nos sentamos en un lugar que estaba lleno de mesas y sillas.

-¿Está rico?

-esto está muy bueno.

-no creo que tanto como tu -El me miró con cara de "que rayos" - Oops, lo siento. Suelo decir lo que pienso en voz alta.

-Te creo, entonces para que querías que... - El calló y su mirada se poso fijamente en un punto. imité su acción y pude ver que hasta ahora mi plan iva bien - Mimi. - susurró.

-Oh dios mio- fingí mi asombro.

Lay se quedo sin palabras por unos minutos viendo como su "novia" se besuqueaba sin pudor alguno con un chico "totalmente desconocido por mi"

-Lay, ¿estas bien?

De un momento a otro Lay se paró y bruscamente me tomó y me llevó a dios sabe donde.

Pensé que iría a enfrentar a la que era su novia? pero no.

Entramos a la primera tienda de ropa que vimos, Lay buscaba con la mirada a algo o alguien desesperadamente hasta que lo encontró.

¿Probadores? ¿En serio?

Entró conmigo al último probador y cerró con llave.

Me acorraló en la pared con ambas manos a los lados de mi cabeza.

-Con que esto es lo que querías.

Bruscamente me tomo de mi mentón y junto su boca con la mía. Como un verdadero loco movía su lengua de aquí a allá.

Doce meses de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora