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Edogawa y Poe habían tenido varios avances en su relación amistad-enemistad. Últimamente eran más cercanos, tanto como para ir a tomar café a la casa del otro.

Esa tarde, sin embargo, cuando Ranpo llegó se encontró con la casa sola. Usando su habilidad logró encontrar la llave oculta, no era tan difícil a decir verdad. Al entrar observó como todo estaba en su lugar, junto a ese aroma tan característico y único del escritor. Olfateó, aspirando el agradable olor y al darse cuenta de su acción se sonrojó. Intentando ignorar lo que había hecho observó una nota en el comedor:

Primer obstáculo concluido.

Aunque el segundo quizá si te parezca complicado: tendrás que esperarme porque Karl se veía adolorido y le he llevado al veterinario. Si así lo deseas, puedes leer lo que hay en mi biblioteca. Intentaré no tardar. Hay algunos postres en el refrigerador para ti.

-Poe.

Sin poder evitarlo sonríe e ilusionado va hacia el refri donde se encuentra con al menos tres deliciosos pasteles. Toma el que le parece más apetecible y se encamina a la biblioteca.

Ya dentro deja el postre en el escritorio y empieza a ver los libros, ninguno logra llamar su atención pues ha leído cada uno ya, con un puchero regresa, al menos el postre si lo va a disfrutar. Lleva al menos dos cucharadas cuando nota que entre todos los papeles del escritor hay unas cuantas hojas sueltas, su curiosidad le hace tomarlas, después de todo Poe es un escritor muy ordenado.

Lo primero que observa es que aún no tiene un título. Además la letra es algo desordenada, como si la hubiese hecho con prisa o con sueño. No importa que sea, decide que leerlo le ayudará a matar el tiempo y acomodándose en la silla, con la cuchara en mano para seguir degustando empieza la lectura:

¿Has considerado alguna vez que los humanos somos creadores? No hablo solo de las cosas físicas, de todo lo que inventamos día a día, de la tecnología o la ciencia sino, como en mi caso, mi habilidad me permite meter a personas reales en mis libros y lo que yo he escrito se vuelve real ahí hasta que logren salir.

¿ y si nosotros somos quienes creamos a los dioses? Puede sonar algo tonto, pero nosotros, al creer en algo lo hacemos real, imaginamos tanto a nuestros dioses que los volvemos reales. Y cuando son más personas las que los imaginan ellos se hacen más fuertes. De igual forma, al dejar de creer en ellos, desaparecen.

Hubo una época en que los dioses griegos tuvieron fuerza inimaginable, donde las creencias de su pueblo fueron compartidas con el mundo y así ellos se expandieron. Algunos otros los convirtieron y adaptaron, como en el caso de los romanos.

Sin embargo, cuando su era estaba terminado, ellos lo notaron y decidieron tomar medidas desesperadas. Con el poco poder que les quedaba decidieron tomar forma humana y vivir entre sus creadores. Era eso o morir lentamente.

Morir no es la palabra adecuada en realidad, pues mientras alguien creyese en ellos o les nombrara ellos existirían, más su poder dependía completamente de cuantos humanos lo hicieran y existir solo por existir no era algo agradable. Cada dios, con el poco poder que le quedaba tomó forma humana y vivió como tal. Incluso los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades lo hicieron. Solo un dios se negó a hacerlo y esta historia es sobre él. Sobre el pobre Tanatos que se negó a vivir con esos humanos, podrían haber sido sus creadores, pero vivir de la forma en que ellos lo hacían no era algo que deseara, preferia ''morir'' con el paso del tiempo a hacerlo en un cuerpo físico. Toda su existencia la había pasado observándoles, mirándoles morir, separando su alma del cuerpo para darles un desanso ¿y ahora él tomaría la misma forma para morir como tantas veces les había visto hacerlo? No, definitivamente no.

Tánatos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora