Déjà vu

14 2 0
                                    

Cuando era niño a mi abuela le gustaba darme cortas lecciones sobre la vida, una de ellas recuerdo fue sobre los déjà vu, me contó una pequeña anécdota y luego me explicó el significado, es una expresión francesa, que denota en la sensación de sentir que ya has vivido algo, en aquellos entonces, como un niño que no comprendía en absoluto los buenos relatos de la abuela, no le di la importancia que merecía, sin embargo ahora que lo experimentaba, no podía dejar de darle vueltas.

Nunca había tenido esa sensación de haber vivido un momento como lo hacía hoy, cada movimiento me parecía extrañamente familiar, algunos rostros eran tan jodidamente conocidos, que me picaba el cerebro de no poder recodar quienes eran, sabía que la mayoría eran competidores, pero había un rostro en particular que no lograba ubicar en mi mente, pero sabía que no era una total extraña.

Recibí una palmada en la espalda de uno de mis compañeros de equipo y me sobresalte un poco, pero presté atención a lo que me decía, luego escuchamos como el entrenador nos llamaba y daba el rol de como irán pasando las carreras.

Luego de la competencia nos reunimos en el vestíbulo del recinto, el agua escurría de mi cabello y lo sacudí mientras escuchaba al entrenador, pero perdí toda pizca de concentración cuando la volví a ver junto a la puerta principal, se encontraba hablando con su amiga, lucia muy tranquila y luego sonrió por algo que estaban diciendo, la observé hasta que dejó de sonreír y volvió a hacerlo.

Nada, eso era lo que recordaba nada, no sabía de donde la había visto antes, era frustrante porque sabía que la conocía de algún lado, esa sonrisa no era tan fácil de olvidar.

Con esa imagen en la cabeza, me despedí y tuve la idea de acercarme, quería saber quién era y porque me era tan familiar su sonrisa.

Pero la cosa era, que mi novia iba llegando con el resto del equipo femenil, sin pensarlo hice una mueca y luego traté de ser gentil. Caminó hasta mi y nos saludamos en automático, hacia tiempo que habíamos dejado de ser compatibles pero ninguno aceptaba la realidad. Éramos una relación de costumbre, nos conocíamos de hace tanto tiempo, teníamos años de estar juntos no solo en una relación, sino que antes éramos amigos. Y no me malinterpreten, realmente la amo, pero no estoy seguro de hacerlo en una forma romántica. De momento, preste atención a todo lo que me decía, y le respondía por el respeto que le tenía, sin embargo, mi mente estaba perdida. Volví a mirar donde la había visto antes y ahí seguía, por una milésima de segundo miró en mi dirección y luego miró sus zapatos por un segundo y levantó la cabeza sonriendo a lo que fuera que hubiera dicho su amiga. Me tomaron del brazo y volví a concentrarme en la chica que tenía frente a mi.

No dejo de hablar hasta que tuvo que irse, le dije que debía irme y no me puso ningún pero al respecto, caminé sin prisa pues hacía rato había dejado de ver a la misteriosa chica de la sonrisa cálida, caminé entre los carros y observé a mi amigo que estaba parado frente a una banca donde parecían estar dos mujeres sentadas en ella. Me acerqué a despedirme pero mientras más cerca estaba me di cuenta de que estaba sentada ahí hablando sobre algo.

Cuando estuve cerca escuché como mi amigo le hacía una broma, ella rodó los ojos y me miró rápido, giró el rostro y puede notar que trato de ocultarse con su cabello. Era extraño, porque parecía que ya me conocía.

Sinceramente lo que pasó después fue una conversación banal, lo que logré obtener fue el nombre de esa chica. Aún cuando ya sabía el nombre y no sabía de donde lo había escuchado, no podía dejar de pensar en ella.

Era extraño porque tenía la sensación de que ella no era una chica de las que debías olvidarte.

FLOTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora