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Hyuk Jae era un fan del arte, se consideraba un pintor novato a pesar que había pintado cuadros casi a nivel de reconocidos artistas como Dalí, Van Gogh, Monet, Renoir, entre muchos otros.

Llevaba un total de seis años pintado, normalmente pintaba paisajes o personas sin rostro. Jamás se había atrevido a retratar personas, ninguna persona parecía tener un papel perfecto como su musa.

Hasta aquel primer día de clases, en donde choco con el hermoso desconocido, al que no había dejado de "acosar" solo para dibujarlo en su libreta.

Se había escondido bajo las bancas, sobre los árboles e incluso sobre el tejado, para conseguir alguna pose suya. Porqué el hermoso chico merecía ser puesto sobre la tela y pintado, sin dejar atrás cada detalle que daba a luz su perfección.

Bien, Hyuk aún no se daba cuenta de la realidad del castaño porque simplemente lo miraba a él, no a su alrededor.

"¿Puedes dejar de seguirme?"Dijo en alto el castaño golpeando el suelo con su pie con rabia, volteando hacía el pelinegro.

Las manos del pintor temblaron y sus mejillas se tornaron de rojo.

"P-Perdón, no era mi intención incomodarte. "Oprimió la libreta contra su pecho, su corazón latía demasiado rápido.

"¡Pues lo haces! ¡Pareces un acosador! "Señalo molesto. DongHae no estaba acostumbrado a gustarle a alguien, más bien lo ponía nervioso y mucho más miedoso. Él era feo, ¿Tan ciego era ese chico que no se daba cuenta?

"Pero eres hermoso, demasiado para este planeta. Cada vez que te veo, mis manos necesitan plasmarte en el papel, como un recuerdo." Se defendio, aterrado por la actitud de su desconocido favorito.

"¡Deja de mentirme! ¡No soy hermoso! ¡Ciego inutil!" Tomó los lentes del chico y los rompió para luego botarlos al suelo."¡No vuelvas a acercarte a mi! ¡Acosador!" Gritó antes de irse.

La respiración del pelinegro se volvió entre cortada, sus mejillas se humedecieron y su garganta empezó a doler, no tanto como su corazón eso sí.

Dejo caer su libreta y tomo sus lentes, o lo quedaba de ellos. Intento colocarselos pero no pudo. Ahora no podía ver, solo figuras borrosas y sin vida. Estaba solo en ese pasillo y no había nadie que lo pudiera ayudar.

Igual de solo que en su otra preparatoria.

"Puedes ser la musa perfecta con tu belleza de ángel, pero tu interior es la de un demonio. " Dijo en voz baja mientras se abraza a si mismo en el suelo del pasillo.

The art that is youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora