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sintió sus manos temblar. convirtiéndose lentamente en
hielo, con su mente todavía fuego. no lograba diferenciar, lo buscaba.
sí. no. debía malinterpretar las cosas.
la luz parpadeaba, el sudor corría por sus venas y
hacía caminos de suciedad. todo nuevamente negro, pero no
sentía realmente la ansiedad. se iluminó, y los golpes manchaban.
se arrastró por las paredes, habiendo un rastro de viscosidad. no se apresuró, tomaba su tiempo, avanzando lentamente por la habitación. a un milímetro de estar cerca, todo se volvió en sí y apareció de nuevo en la esquina del laberinto.
los pasos eran diferentes, daban vueltas: casi caían, pero las piernas no facilitaban. renjun se preguntó cual sería la mejor opción, miró al espejismo y decidió terminarlo nuevamente. corrió a él y cuando estaba más cerca, se devolvió. estaba en un bucle, pero las cosas no se repetían. se iba alejando, pero los latidos del corazón se oían más cerca, mezclado con el sonido de la fuerte lluvia inexistente.
miró alrededor. paredes pintaban de rojo. se acercó.
era sangre, viscosa. la saboreó. dulce, amarga, adictiva.
tocó su abdomen y había más. los hábitos no cambian, sí el motivo.
¿y ahora? se encontraba viéndose a sí mismo.
vio como saboreaba la sangre, su rostro disfrutando de ella
y lo que ocurrió después. por supuesto... lo que ocurrió después, o más bien,
lo que ocurriría antes de ayer.
saltó con todas su fuerzas y nunca tocó suelo. caía en las profundidades del abismo, aquel que daba vueltas y no llegaba a ningún lado. no pudo más que asentir; si quería salir de ahí, debía recordar los hechos, pero nada concordaba.
recordó todo lo pasado,
todo lo presente,
y todo lo futuro.
no encontró relevancias.
excepto una.
dónde estaba aquello.
si tan sólo no se hubiera dado cuenta de eso, todo seguiría igual. no pudo ni por un momento pensar en una explicación lógica. algo lo miraba, él lo sentía. subió su mirada, pero sus ojos estaban cerrados. tenía miedo, sorprendentemente.
bajó la cabeza y se encogió, deseaba desaparecer, pero la mirada seguía ahí. se lo estaba comiendo vivo, eso debía parar. no tuvo más opción que vencer su miedo, subió su mirada, encontrándose con más vacío absoluto. ¿qué ocurría? todavía sentía aquellos ojos que invadían su alma.
pero todo se fue en segundos. algo se introdució
en su cabeza, una bala tal vez. estaba agradecido, no tanto.
ya nadie lo miraba, pero había un problema.
otra vez al principio.
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