Insomnio

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Sudando frío, me retuerzo de dolor, esa imagen no me deja seguir, estoy en un lugar oscuro... Mi casa? No, no recuerdo este lugar, hay demasiado silencio, estoy agitado he corrido mucho, de pronto una gran fuerza tira de mi hacia atrás forcejeo unos instantes, mi corazón se acelera...
- porque no puedo defenderme? -pienso-
Escucho unos quejidos, pero esa voz no me es familiar...
De pronto una luz se apodera de la habitación, es una chimenea.
- quién es esa mujer? Porque esta atada?
Mi desesperación por soltarme me invade, siento como una navaja me corta en la espalda, esto duele...
- Dejalo por favor! -grita con desesperación la mujer- su voz es casi inaudible, esta amordazada, pero porque se preocupa por mí?
- Dónde esta? -pregunta un hombre alto, fornido de tez morena, mientras amenaza a la mujer con un bate-
- No lo sé -dice la mujer llorando-
El hombre me mira con una sonrisa fría se arremanga las mangas de la camisa blanca impregnada de sangre y noto parte de un tatuaje... No puedo distinguir la forma, el sudor entro en mis ojos, de pronto unas manos grandes me tomaron del cabello haciéndome ver esa escena, el hombre levantó el bate y la mujer solo me miro, sus ojos claros se posaron en mí, tenía sangre en el rostro, sus rizos rubios cubrían la mayoría del rostro, entre cerro los ojos y me miro nuevamente, a la par aquel hombre tomo impulso con el bate apuntando a la espalda de la mujer y antes de observar lo obvio desperté...
Siempre despierto acelerado con ese sueño, no es recurrente desde que salí de casa de mis padres y me independice, pero era constante en mi niñez y en la mayor parte de mi juventud, hasta la fecha no sé quien esa esa mujer, pero me provoca gran tristeza recordar ese sueño, froto mis ojos y me quedo visualizando un rato el techo, recordando una y otra vez a aquella mujer, de pronto miro el reloj, nuevamente 5:15 de la mañana, como siempre le he ganado al despertador, me levanto y como siempre, inicio mi día, con la misma rutina...
Después de correr en la caminadora y de ducharme, me arreglo para ir a trabajar, desayuno y me dirijo al auto, tras salir de mi cochera doblo a la esquina y en el mismo puesto de flores compro un ramo de lavanda, -cómo me relaja!- han dado las 6:30 es buena hora, le marco a mi madre mientras conduzco
-Hola! ¿Cómo estas cariño? - dice emocionada mi bella madre, pese a que le llamo todas las mañanas desde que me mudé a California- todo bien bebé?
-Hola madre! Pues todo normal, nada a cambiado desde ayer JAJAJA
-Ya veo, esta vez me has llamado más temprano
-Te he despertado?
-No hijo! Yo no duermo tan tarde desde que cumplí 50
-Eso es normal mamá
-Esa es tu forma de decir que estoy vieja?...
Mi madre siguió hablando sobre su edad y lo difícil que es para ella aguantar a mi padre y no la culpo después de todo llevan mas de 35 años de casados, llegue al semáforo, como siempre, me toca el alto justo cuando estoy a punto de cruzar, de pronto una mujer cruza corriendo el paso peatonal, su forma de correr es peculiar, observa a todos lados como si estuviera huyendo me mira y de pronto acelera el paso y colapsa, cae al suelo de golpe, mi instinto es salir corriendo
-Madre, te marco en seguida, sucedió algo, estoy bien, no te preocupes
Cuelgo rápidamente y salgo a ver la mujer que cayo sobre su rostro, el semáforo cambió al verde lo único que hice fue voltear a la mujer rápidamente sus ojos estaban llenos de sangre, tenía la ropa desgarrada y el rostro cubierto de tierra como si se hubiese arrastrado, los claxon de los conductores que estaban tras de mi sonaban desenfrenados le tomé el pulso a la mujer, estaba en su límite, murió... Le mostré mi placa a los conductores que salieron a reclamarme saque mi teléfono y marque a la oficina dónde trabajo...

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