Letter | South Park | Dip

Perdón.

Pip no quería irse, no después de todos los años que pasó en el infierno junto a Damien, pero lo obligaron, pues el paraíso lo reclamaba. Como no se volverían a ver, prometieron mandarse cartas.

El rubio parecía algo desconfiado al estar entre nubes, se había acostumbrado al abrasador calor y ahora la fresca brisa le daba frío. Lo ubicaron en el mejor vecindario que se podría imaginar, pero estaba acostumbrado a los gritos de sufrimiento por la mañana.

Todo tenía un ambiente feliz y tranquilo, aunque esto le daba más soledad que nada. Así que, como apalabró, escribió su primera carta. Posteriormente, se dirigió al centro de la ciudad plateada y una persona fácilmente le ayudó a llegar hasta las oficinas de correo. Estando ahí, fue a una ventanilla disponible y preguntó por los detalles. Quién lo atendía le parecía algo raro que quiera mandar una carta y no un paquete como es costumbre, pero le sorprendió cuando supo a dónde y a quién iba dirigida.

La persona tuvo que preguntar al gerente pues no sabía que hacer. Lo dejó esperando y unos minutos después, volvió con un paquete de sobres. Éste le dijo que, para que no se tomara la molestia de ir y venir, que se llevara el paquete y lo que escribiera, lo dejara en su buzón, asignarían un cartero a su calle. Aceptó gustoso y regresó a casa. A partir de aquí, empezó a mandar cartas diario, plasmando lo mucho que lo extrañaba.

Se convenció de que tal vez tardarían en llegar pero con el paso de las semanas, no había ninguna respuesta.

No tenía por qué quejarse, le estaba escribiendo al príncipe del inframundo, ha de estar muy ocupado, ese lugar es algo desastroso. Para él, su vida en la Tierra era más infierno que el infierno mismo y ninguna de las personas que conocía en el paraíso lograba llenar ese vacío, todo lo que tenía, todo lo que alguna vez amó, está perdido en el pasado.

Cada día despierta con la esperanza de recibir una carta. ¿Acaso Damien ni siquiera se ha molestado en ver su correspondencia? ¿O simplemente fue un juramento vacío? Como sea, se aferrará lo más que pueda y conservará el recuerdo de ese demonio orgulloso antes de que se canse.

No le interesaban las maravillas que le ofrecía el lugar, lo único que hacía era esperar en la calle para ver al cartero, sólo lo ha visto para recoger las cartas, pero siempre lo pasa de largo cuando cree que está por recibir una respuesta.

Tal vez así es como tiene que ser, quizás así es como debe sufrir, como si su vida en Tierra no hubiera sido suficiente; aceptando que toda su existencia está condenada y lo que alguna vez amó, se perdió en el pasado.

Sin importar lo cruel que Damien podía ser, se empeñaba en mantener su recuerdo. Aunque cada vez se hacía más doloroso, los días perdían significado y comenzaban a ser ignorados.

Se cansaba de seguir escribiendo, pero no lo quería dejar ir.

Satán nunca aceptó lo que Damien tenía con Pip: no quería que su hijo cometiera los mismos errores que él y saliera con cualquier inútil.

A Damien no le importaba hasta que su padre lo amenazó diciéndole que si no lo dejaba en tres días, Pip sería enviado al peor círculo del infierno, así no hubiera hecho nada. Para no preocupar al rubio, decidió no contarle y como no podía soportar el hecho de compartir el mismo lugar sin poder siquiera mirarlo, rápidamente llamó la atención de los de arriba y al lograrlo, pidió que se lo llevaran. Fácilmente le hizo creer que era idea del paraíso y al despedirse, prometió mantenerse en contacto.

Buscó un momento a solas para escribir su primera carta, pero Satán lo había descubierto todo y, antes que nada, no permitió que Damien se aferrara de tal forma a Pip, por eso, fue a él a quien mando al último círculo del infierno, esperando que se olvidara de todo así como todos se olvidaron de él.

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¡Hola! 
He llegado con otro songfic, que espero, haya sido de su agrado~ 

Pueden pasarse por mi perfil si gustan leer otra historia de este par con una trama más dulce uwu

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