Nuestras manos se entrelazan y en una milésima de segundo creo que no te irás, que te quedas y me sigues ofreciendo todas esas cosas hermosas que ya estaba empezando a descubrir y que quería que estuvieran en todas partes, menos lejos de mí.
Pero hay anhelos en la vida que no pueden ser posibles ¿verdad? Eso fue lo que pensé en cuanto las puertas del bus en el que te habías subido se cerraban frente a mi, y todo lo que había temido que pasara, ahora era una escena que se repetiría unas mil veces antes de olvidarla. Mientras asimilaba un poco lo que acababa de pasar, regresaba a casa, recordando minutos anteriores en cámara lenta, contemplándolo todo, deseándote; como olvidar tus labios pegados contra los míos en la sincronía más dulce y desesperada que había probado, tus manos en mi cintura y un anhelo de no terminar jamas lo que nunca había empezado oficialmente.
Entré en mi resguardo pensando en todo momento qué serían mis días ahora que ya no estabas cerca, que nuestros caminos se empezaban a separar y que el amor en estos casos no iba a ser el intercesor para que volvieras. Hice una promesa, una promesa que me costaría todos los esfuerzos del mundo, no volver a bailar en al menos seis meses; pidiendo a cambio fuerza para afrontar tu partida.
YOU ARE READING
Circo del amor
RomanceHa pasado exactamente un día desde que te fuiste, lo pensé mucho y veo muy necesario que cuando vuelvas- si es que lo haces-, te enteres de todo lo que pasé sin tí a mi lado. Este sera mi diario de amor o más bien, el nuestro.