Hubo una vez un chico con piel pálida, ojos gatunos y sonrisa donde mostraba sus rosadas encías.
No solía sonreír demasiado, pero siempre que lo hacía me le quedaba observando, queriendo grabar aquella sonrisa en mi mente, para recordar como era cuando estaba feliz en sus días malos.
Era un chico reservado, muy cerrado y tímido. Pero cuando la habitación se cerraba y solo quedábamos él y yo... Era un chico dulce, atento, cuidadoso. Podía parecer un chico malo, pero cuando veías su interior... Era el chico más encantador que podrías conocer.
Cada beso con él en la clandestinidad era como el primer beso que nos habíamos dado.
Dulce, tímido...
Sin ser apresurado.
Disfrutando el momento.
Mi mejor momento.
Con él.
Era maravilloso.
Era el chico más hermoso que alguna vez ví.
Lo tuve.
Y lo perdí.
Confesó que yo era su primer amor.
Confesó que nunca se había sentido de la manera que se sentía conmigo.
Confesó que mis labios eran su perdición, así como los suyos eran los míos.
Y yo sentí, por primera vez, que alguien me complementaba tanto.
En sus abrazos, todas las piezas rotas volvían a unirse. Mi corazón, había logrado sanar. Pero no lo supe cuidar bien.
Yoongi...
Si lo hubiera sabido, te hubiera dicho la frase que más he querido decirte.
Si hubiera sabido que esa noche te perdería... Te lo hubiera dicho.
Yo sé que tú lo hiciste, me lo dijiste en una noche donde dormíamos por primera vez.
Me abrazaste y tu voz ronca susurro "te amo".
Pero ya es tarde para decirte que yo te amo más.
Y es que, Yoonie, tú también eres mi primer amor.
Pero nos perdimos, te perdí.
Y ahora solo estoy roto.
