Hoja de papel.

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Solo recordaba que su cabeza dolía demasiado y luego se levantó en el hospital. Está escena ya era bastante familiar para él, casi como si el tiempo se hubiera retrocedido y se encontrara embarazado de Venus. 

Embarazado. 

Sus parpados pesaban y sus manos también pero la dosis de preocupación que sintió en ese momento fue tanta, que de una manera casi antinatural llevó sus manos al centro de su estomago y no estaba. 

Su protuberante estomago de embarazo de cuatro meses había desaparecido. Abrió los ojos alarmado y al levantar su cabeza, el cuello el crujió. Su vientre estaba totalmente plano y de pronto todo se nubló, era como si le faltara el aire, como si esa señal de alarma fuese enviada a su cerebro. 

Una chispa de calma apareció cuando vio a Forth entrar por la puerta, pero desapareció al instante al ver lo sombrio de su rostro, tan neutro y pálido, era como si esa persona que fuese realmente su esposo. 

Y las únicas palabras que podrían salir de su boca lo hicieron. 

-¿Y mi bebé? -Forth levantó la mirada alarmado. 

Sus ojos se hicieron pesados y el titubeo en sus labios le hizo saber que las cosas claramente no estaban bien. 

-¿Y mi bebé, Forth? -Reiteró. 

-¿No recuerdas nada de lo que...? -Forth lo miró con confusión y luego se quedó callado como si intentara analizar la situación para encontrar las palabras correctas. 

-¿Nada que? ¡Por dios! Me estás asustando -Un sollozo salió de sus labios. 

-Te caíste por las escaleras del hospital y bueno... Tuviste una contusión en la cabeza pero... -Volvió a callarse haciendo ese típico sonido con la garganta que indicaba incomodad. Beam lo miraba dirigirse a su lado sin entender -Pero bueno, los exámenes parecieron salir bien, es decir no tienes un golpe serio u hematoma, pero lasti-lastimosamente el golpe hizo que por varios minutos no le llegara suficiente aire a-a nuestro bebé y murió. Hace dos horas lo sacaron de tu cuerpo. 

Beam lo miraba sin entender, era como sí el tiempo se hubiera detenido y la cara preocupada de Forth solo fuera una mancha difuminada para él. Los dedos de sus pies picaban al igual que sus piernas y su cuello aún dolía en gran cantidad, él solo quería saber sí su bebé estaba bien y cuando llevó su mano al estomago plano, las palabras de su esposo cobraron sentido. Se sentía vacío, no tenía nada adentro. 

Sus labios se separaron y sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas. Soltó un sollozo y casi en un movimiento mecánico, su cabeza se apoyó en el pecho del pelinegro y fue arropado por esos brazos protectores. 


Abrió los ojos agitado. Había decidido descansar un poco luego de que su turno terminara y había soñado con lo mismo. Ahora entendía porque Yo estaba tan marcado por el aborto, era una experiencia amarga que no se le deseaba a nadie. 

Parpadeó varias veces y se levantó del viejo sillón de la sala de descanso del hospital. Aquellos sueños tenían una relación con el bebé que perdió después de su hija, eso no le marcó tanto como a Yo pues para su fortuna ahora tenía a Venus, pero sí había tenido cierto efecto en él y quería volver a estar encinta, lo deseaba más que nada. 

Tocó su vientre y suspiró. Salió de allí y vio la melena rubia de Guideon quien tenía arrinconado a Jamie contra la pared. Carraspeó pero ellos parecían demasiado absortos en el beso. 

-Wow, ver a Romeo y Julieta en vivo es mucho mejor que la cinta de Baz Luhrmann, créanme -Rió al ver el gran salto de gatito asustado que pegó el enfermero al escuchar su voz. 

Beam Beam.Where stories live. Discover now