segunda parte «5 razones para odiarte»
'James Sirius se siente totalmente decepcionado de si mismo, y lo nota cuando lee las notas de Lyra Malfoy. Cuando esta lo rechaza, decide 'conquistarla' de una forma que nunca había hecho antes, dándole cinco...
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JAMES POTTER NARRA
Salí del baño y me acerqué a la cocina. Lyra había sido algo dura, a decir verdad. Nuestra amistad terminó hace ya varios años, cuando intente llevarla a la cama, y si bien ese era mi objetivo también en estas vacaciones algo de lo que leí en esas notas me hizo entrar en razón.
Soy una mierda. Una puta mierda.
Cerré mis ojos con fuerza y me choqué contra la puerta de la sala de estar, claro, las risas de Lily y Albus no tardaron en llegar.
—¿Y Lyra?—me dijo mi hermana haciéndome entrar en razón. Con la pelea había olvidado que debía traerla a comer. Golpee mi frente con la palma de mi mano y en eso entró la rubia.
—Acá estoy.—dijo fregandose los ojos con la mano.
—No puede...—comencé para que Lyra terminará con un:—Ser.
Estábamos al lado. Sería una larga cena.
[...]
—¿Y, James?—Me habló Draco Malfoy, algo incómodo por tener que estar en la misma mesa que Harry Potter y su familia, eso se notaba. Pero anteriormente había dicho que si su esposa estaba feliz con ello él también.—¿Tienes alguna novia?¿Te interesa alguna chica?
—De hecho, me gusta una. Solo que ella... ¿Cómo decirlo de forma delicada?... me odia.
—Seguro que no te odia. Seguro que está interesada en ti...—hablaba Draco cuando su hija se adelantó.
—Para mi lo odia. No es algo tan difícil.—hizo una sonrisa irónica y volvió a la seriedad.
—Lyra, cállate.—dijo el hurón Malfoy.
—Solo dije que...
—Dije que te calles.—repitió Malfoy.
Luego de un momento de silencio en el que ambos Malfoy se miraron directamente unos segundos, Lyra dejó los cubiertos en el plato y dijo un: —Se me fue el apetito. Mejor voy a mi habitación.—y se encamino hacia el segundo piso.
—Yo tampoco tengo mucha hambre. Con permiso.—dije y fui en la misma dirección que Malfoy. Cuando llegue a la puerta de madera que me separaba de ella, vi que a un costado había unos papeles y un tintero. Tome mi varita, susurre un: 'accio pluma' y escribí en el primer blanco y arrugado papel que encontré: 'si te enamoraras de mi, te defendería siempre del hurón, digo, tu padre. No sé, piénsalo.'. Pase la nota por debajo de la puerta y volvió casi al instante solo que con el agregado de la palabra: 'estupido'.
—Es un avance.—dije, al tiempo que me crecía una media sonrisa. —Todo con ella lo es.
ok tremenda mierda esto perdón gracias por tanto perdón por tan poco ahre si.
