En una fría mañana con los rayos tenue provenientes del Sol dejando un rastro cálido a su paso, una radio en medio de una mesa volvía a la vida cuando el mecanismo de su alarma marcaba que eran las seis de la mañana en punto. Dicho aparato sintoniza una estación local mientras el locutor saludaba a los radioescuchas como todas las mañanas antes de que el volumen fuera modulado por uno de los dueños del departamento.
Dando un bostezo y cubriendo su boca Sebastián retiraba su mano de la perilla que controla el volumen de la radio, aún en sus pijamas se dirigió a su destino en la cocina. Sacó de su despensa el café y filtro; después de comprobar que el nivel de agua era el necesario hizo andar la cafetera.
El sonido del viento golpeando contra el cristal de la ventana le recordó que el invierno estaba haciendo gala de su presencia.
Mientras esperaba por el café regresó a su habitación a buscar las ropas que vestiría el día de hoy. No tardó más de unos minutos por elegir su atuendo y trasladarse hacia el baño para tomar una ducha cálida matutina.
El café había comenzado a gotear en su ausencia y expandir su aroma mordaz, llegando a todos los rincones de su pequeño hogar. Dirigiéndose lentamente hacia la habitación donde una montaña de sábanas parecía cobrar vida moviéndose un poco en sí.
La radio había comenzado a entonar una bossa nova mientras Sebastián que se encontraba dentro del baño, con espejos empañados y vapor en el ambiente, tomaba la secadora de cabello comenzando su labor de pasar sus dedos entre las hebras castaño claro para secarlas gradualmente con el aire expulsado por la máquina. Cuando la música llegó a sus oídos el uruguayo comenzó a tararear continuando con su labor de hacerse presentable.
Dos brazos le rodearon repentinamente y un par de labios curvados en una sonrisa se posaron contra su nuca depositando un beso casi imperceptible, la figura morena de su pareja brasileña difuminada en el espejo lleno de vapor. Pero lejos de molestarle, Uruguay simplemente continuo tarareando y escuchando cuando Brasil decidió acompañarle, meciendo a ambos lentamente de izquierda a derecha.
Empezaron una rutina muy usual entre ellos: con Luciano separándose de su novio al finalizar una estrofa, cepillarse los dientes y sin preámbulo entrar a la ducha; refrescar tanto rostro como su cuerpo. Sin notar la mano que juguetonamente aparente entre las cortinas del baño y cambiaba el agua caliente a fresca, no fría, pero lo suficiente para que el moreno diera un respingo y llamará la atención a Sebastian.
Entre risas el brasileño salió de la ducha sin cubrirse (no existían sentimientos de vergüenza a causa de eso entre ellos) y sacudir sus cabellos como si se tratase de un cachorro; ante el reproche risueño del castaño oriental que iba a empapar todo el baño. Y proceder a colocarle una toalla sobre su cabeza; masajeando para secarle por unos minutos (con una nueva canción de fondo: un bolero en español) antes que su pareja tomara cargo de dicha tarea.
Entonces Uruguay se enfocó de vuelta en encontrar su crema para peinar que su acompañante le entregó al encontrarlos en el extremo opuesto del lavabo. Y por su parte Brasil sintió a Uruguay ponerle en la mano el desodorante que estaba buscando. Una vez listos, ambos se encaminaron hacia la habitación.
Sebastian luciendo las ropas que eligió momentos antes y Luciano buscando ropas en su mitad del closet compartido. Aún se sentía el frío del invierno y decidieron al mirar el cielo grisáceo que no estaría mal compartir un poco de calor hogareño.
Brasil pasó a la cocina donde la radio, que se encontraba descansando sobre la barra de la cocina, subiendo el volumen a un nivel que les permita un buen ambiente si ambos países se hallaban en un silencio cómodo pero tampoco impedía conversaciones si uno de los dos estaba en el humor de platicar y ser escuchado.
El moreno dio un bostezo pero sonrió al ser presentado con una humeante taza de café y sentir a su pareja uruguaya sentarse a su lado mientras ambos disfrutaban de la bebida caliente.
"Obrigado"
El primero en romper el silencio, con una suave balada de fondo, fue Sebastian.
"Vos crees que...", comenzó mientras daba un suave soplido al vapor de su taza, "es esto lo que los humanos se refieren cuando dicen que encontraron a su alma gemela"
"¿Que coisa?", mirándole fijamente al posar su taza aún llena en la barra.
"Lo que tenemos... sé que hay algo entre nosotros", tomando un sorbo Uruguay depositó su taza a un lado de la de la nación amazónica y volteo a verle, "No sé cómo explicarlo Lu, simplemente lo siento... aunque como naciones suene tonto"
"Eu entendo", Sebastián parpadeó y sostuvo su mirada antes los ojos marrones de su novio, "Eu também me siento assim"
"¿Es difícil describirlo, no?", un cabeceo le alentó a continuar, "A veces es como si... no necesitara explicarte todo para que me entiendas, que no siempre vamos a compartir los mismo puntos de vista en general pero sí en ciertos temas importantes para ambos. Que sabemos cómo llegar a compromisos entre ambos", continuó sintiéndose más cómodo con su vecino, "y se que me siento en paz y confianza contigo"
"E nós somos atraentes", eso logró que Sebastián riera sin preocupación.
"Por supuesto", sin saber en qué momento sus rostros se habían acercado y como si fuera la primera vez, como hace tanto siglos atrás, juntaron sus labios en un suave y tímido beso, mientras el sonido de la radio y del viento entonaban una sinfonía sólo para ellos.
Ya que en ese instante Sebastián y Luciano sabían que eran afortunados de encontrar a su alma gemela en el otro.
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Algo entre Nosotros
FanfictionShort fic/Drabble para el undécimo día del Evento Promptatón de Latin Hetalia del mes de Agosto. [Prompt 6] Almas Gemelas [Author] Makster, makoto_hayama de antaño (yisusfishus @ tumblr) [Resumen] Sebástian y Luciano contemplan en una mañana tranqui...