Wonha Fanfics | ksj + jeb | GFRIEND

Sin rastro

Pensé que algún día volverías, pero sólo fue imaginación de mi tonta cabeza. ¿Acaso te cansé, no te amé lo suficiente?

No sé que fue lo que nos pasó exactamente, pero algo es seguro. No dejaste ningún rastro. De un día para otro te fuiste y desapareciste sin más. Aún me pongo todas las tardes en el parque que concurriamos con frecuencia, esperando por lo menos un día verte y preguntarte porqué te fuiste.

Mis pies se balancean con cada segundo que pasa, pensando que en algún balanceo aparezcas abrazandome por la espalda.

"No lo entiendo" es lo único que me repito a mi cabeza una y otra vez.

Kim Sojung, me dejaste sin rastro.

—Eunbi, vamos, ya está oscureciendo —negué con la cabeza. Escuché el suspiró de Yuna, una de mis grandes amigas —. No regresará, pasó un año.

Cerré mis puños intentando no golpearla para corregir lo que había dicho, sobre el que fue una vez el amor de mi vida. O mejor dicho, el que es el amor de mi vida.

—Lárgate —traté de sonar firme, pero lo único que conseguí fue sonar aún más rota.

—Vamos —dijo con calma envolviendo mi cuerpo en una gran manta.

—¡Déjame, ¿sí?! —la empuje haciendo que la manta cayera al suelo, sus ojos brillaron junto al sol que se ocultaba.

—Me cansé —pronunció con desesperación y sin decir nada más se marchó, dejandome en aquella banca solitaria.

Así debería ser. Así debería estar, sola. Sin Sojung no soy nadie y no merezco a nadie.

Los minutos pasaron y nada sucedió. El sol por fin se había ocultado y con resentimiento tomé la manta en el suelo y la limpié. Me la puse por lo hombros y sequé las últimas lágrimas que solitaria esa noche.

—¿Regresas ahora? —una voz me habló. Ni siquiera pude visualizar aquella persona cuando mis piernas se rindieron.

Era Sojung detrás de mi. Apesar de que quería voltearme para abrazarla, no fui capaz si quiera de pestañear. Y lo único que pude hacer fue hablar.

—¿Por qué hasta ahora? —pregunté con dificultad al sentir un gran nudo en mi garganta que al hablar se hacía más grande hasta querer explotar.

—Dejé de amarte y me largué —ese fue el derrumbe de todo. Pude sentir como sus palabras atravesaban y aplastaban todo el año que la esperé.

—No lo entiendo —pude expresar. Porque realmente era así.

—No te merecía —se acercó con un ramo de rosas —. Pero vine a recuperarte y a merecerte.

Los pedazos caídos de mi corazón se juntaron en una gran oleada de amor y calidad. Pero aún seguía sin entender.