Ropa de Savannah en multimedia
Travis Carter trabaja en la policía desde que yo tengo 5 años, aun a sus 50 años, sigue trabajando ahí y no quiere jubilarse, se me escapa una pequeña risa al recordar de cómo se ofendió cuando yo le plantee la idea. Él es alto, cabello marrón con unas pocas canas y ojos grises-los mismos que los míos- y es la persona más buena que he conocido en mi vida y no lo digo porque sea mi padre.
Luego de unos 15 minutos llego a la estación central de policía en Manhattan, estaciono al frente y bajo con mi bolso y mi teléfono en mano, bloqueo el carro y me encamino al edificio. Las puertas principales son de madera y cuando voy a entrar viene saliendo uno de los compañeros de mi padre que me conoce desde niña, me ve y me sonríe
—Hola pequeña!!Como has estado?-Yo le sonrió de vuelta y le doy un abrazo-Cada vez estas más hermosa y grande, me siento viejo a tu lado.
—Hola tio Jack!! Acabo de salir de las clases de la universidad y vine a ver a mi padre-le doy un beso en la mejilla y me separo un poco- y tú no estás más viejo, yo soy la que está envejeciendo.
Él se ríe y hablamos unos minutos, luego me voy a la oficina de mi padre mientras saludo a los agentes y personas que trabajan allí, cuando llego toco la puerta y escucho la voz de mi padre diciendo que pase.
—Como está el hombre que más quiero en este mundo?-Digo cuando abro la puerta y sonrió, está sentado detrás de su escritorio y cuando me escucha voltea y me sonríe con cariño. Entro y dejo mi bolso en una de las sillas que están al frente suyo.
—Hola mi princesa-Se para y me recibe con un gran abrazo y un beso en mi frente, yo le sonrió y me siento en la otra silla que está al lado de donde puse mi bolso— Que tal las clases?-Me pregunta y yo le hago un pequeño resumen y cuando le cuento lo de Scott se hecha a reír— A veces eres un poco cruel Sav, tienes que dejar a los chicos entablar una conversación contigo antes de juzgarlos- me dice y yo lo miro con una sonrisa verdadera en mis labios, quiero mucho a este hombre.
—Papi, él es un idiota y un mujeriego, no necesito hablar con él para saberlo-Me encojo de hombros y el niega con la cabeza pero con una sonrisa en sus labios
—Hay princesa...Tú no tienes remedio-Dice y agarra una carpeta marrón de uno de los estantes y me la entrega—Esto es toda la información que necesitas para la entrevista de mañana con Batman-Yo le sonrió y abro la carpeta, el lugar y la hora junto con otros datos están en una hoja, la cierro y la guardo en mi bolso —Espero que te sirva de algo.
—Papi me estas ayudando mucho con esto, no podrías hacer más, muchas gracias- Sonrió y me paro a darle un beso en la mejilla.
—Solo me falta comunicarme con Flash y...-Lo interrumpo con una sonrisa
—Ya eso lo tengo solucionado- El me mira y entrecierra sus ojos de manera burlona con una ceja arqueada
—Algo que me tengas que contar Sav?-Yo me echó a reír.
—Puede que me estuviera escribiendo desde hace unas 2 semanas-Le sonrió dulcemente y el vuelve a negar con la cabeza con una sonrisa
—No te gustan los chicos normales pero te gusta uno que puede correr a la velocidad de la luz...??-Dice pero sé que le hace gracias
—No me gusta!!-Digo y el me vuelve a arquear una ceja—Ya te dije que ahora no quiero un novio papi, ni una relación seria, además, no conozco a Flash para decir que estoy enamorada del ni nada por el estilo-Y esta vez voy en serio— Solo nos hemos escrito un par de veces estas últimas semanas y no me ha contado nada acerca de su persona por supuesto- La vida secreta de los súper héroes es lo que más ellos protegen, su identidad o algo acerca de ellos, ni los agentes de policía saben cuál es el nombre ni donde viven ellos.
Hablo con mi papa de diferentes temas y se hacen las 3 de la tarde, mi papa me convence de ir a una cafetería cerca y pide un café para él y para mí un chocolate caliente- mi bebida caliente favorita- con unas galletas, hablamos y hablamos y le cuento que ya tengo una entrevista para el New York Times 1 semana después de la graduación y el insiste en celebrar la semana siguiente con mama. El y mi madre se conocieron en el metro, se tropezaron más bien, pero desde ahí no pudieron separarse, son el uno para el otro. Me despido de mi papa a las 4 y me voy a mi apartamento a ducharme y cambiarme para irme al Gimnasio.
Con unas mallas de deporte negras y un sueter gris- también de deporte- y mi bolso del Gym estoy lista, vuelvo al carro y mientras conduzco pongo la radio y está sonando Let Me Love You de Justin Bieber, canto la canción y cuando acaba empieza otra que desconozco. Cuando llego al Gym son las 5:10 de la tarde, estaciono en el sótano privado y subo por el ascensor hasta el primer piso en donde está el baño con sauna y Lokers para guardar tus cosas, dejo mi bolso hay pero saco mis audífonos y mi teléfono.
Me dirijo al segundo piso en donde se encuentran las máquinas de correr, pesas, entre otras cosas. Hay me encuentro con Tara, Melanie y Sophia. Ellas junto con Hannah son mi grupo de amigas más frecuente, nos conocemos desde hace 10 años y aún seguimos juntas.
—Hola chicas-Las saludo a cada una con un beso en la mejilla y veo alrededor—Y Hannah?-Pregunto ya que no la veo por ningún lado
—No pudo venir hoy- Me dice Melanie, ella es de tez algo pálida con cabello negro liso hasta los hombros y ojos marrones —Cody se torció el tobillo hoy en la tarde y me aviso que no podrá venir por que estará cuidándolo- Cody es el novio de Hannah, me cae bien, es muy majo.
—Pobre Cody- Dice Sophia mientras niega con la cabeza en señal de lastima y yo la imito. Ella es de cabello marrón claro y en rulos, tez blanca pero no tan pálida y sus ojos son verdes.
—Bueno chicas vinimos a lamentarnos por Cody y Hannah o a haces ejercicio?-Dice Tara, ella es de cabello marrón oscuro y liso con ojos marrones claros con una mezcla de amarillo, ella es un poco más clara de piel que yo. Todas nos reímos y vamos a las caminadoras.
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Manhattan:Savannah Carter
RandomNo sabía quién era, al parecer era la única en todo Manhattan que no conociera de la existencia de Jay Quinn. Ese rubio con sus ojos azules me cautivaron aquella noche en el bar, había algo en su mirada, algo que se me hacía familiar, como si ya eso...