Dia viernes y ya era un hombre solitario a pesar de tener sus hijos y esposa en casa, nunca tenia tiempo para Graciela y Antonio, siempre llegaba del trabajo exhausto, mi esposa Mariana, salía siempre tres casas mas abajo de la nuestra cuando dejaba a los niños durmiendo, mi único lugar para descansar era aquél bar, Marcan las 22:30 en el reloj, tomó mi chaqueta de cuero, la cajetilla de cigarros, cierro la puerta lentamente, y hoy no iré en auto, me dispongo a caminar en esta fria noche, donde las estrellas me observan, dan las 23:00 en el reloj de la iglesia, llego al bar, pido lo de siempre whisky con 2 hielos, miró las mismas caras de siempre pero nadie me mira a mi, miró la hora y ya marcaban las 3 am, prendo el último cigarro, y me voy a casa, los árboles, la noche y la misma soledad me inunda, estoy cansado de esto, marcan las 3:40, ahora me é demorado más, quizás por los 7 vasos de whisky que tomé, abro la puerta, y me dirijo a la cocina, tomó aquél cuchillo azul grisáceo, y no se lo que hago, me dirijo a mi cuarto, ahí esta mi esposa, despreocupada de todo, levantó el cuchillo, y en su cara veo una pequeña lagrima que se desliza, mientras litros de sangre caen en la cama y yo aún preguntandome porque hago esto, ahora me dirijo a la pieza de los pequeños, los tomó a los 2 y me dirijo al auto, los siento en la parte trasera, enciendo el auto y mi destino es el bosque, mientras conduzco miraba de reojo por el retrovisor para que ellos no se despierten, ya en medió de este bosque siniestro, al lado de un pantano, dejo a los niños, mientras que mi cuchillo, manchado y dispuesto a mis atrocidades, no, no, no que he hecho los maté, NO, NO, NO, NOOOO, tomó los cuerpos, los sumerjo en esta pequeña laguna, boto el cuchillo y lavo mis manos, cara y zapatos sin dejar rastro alguno, ya dan las 5 de la mañana, vuelvo al auto con está angustia que me atormentara día y noche, vuelvo al bar, pido el whisky y ahora todas esas caras que no me miraban, ahora me observan tormentosamente, y no me di cuenta que, tenía una mano marcada de sangre en mi camisa, a los lejos veo venir una persona, cuya persona saca un revolver me apunta y me dice, "eras una persona tranquila no se que te paso", quebró en llanto y ya estoy muerto.