Gantz: México

The Cancer

Relleno para no entrar en hiatus, en el siguiente capítulo empezará la cacería, esperenlo pronto... O no tan pronto UwU

Las mañanas en la ciudad generalmente son frías, las personas que salen a trabajar antes del alba son las que más acostumbradas a este frío están, a sus casi 17 años cumplidos John solo piensa en una cosa,
¿que pasará con el la siguiente cacería?
Esta preocupado por lo que vendrá, por eso sus clases de autodefensa son cruciales si es que quieren sobrevivir, aparte de estas, a empezado a correr por las madrugadas antes de la escuela, trata de mejorar su resistencia y velocidad, sabe que sin estas no podrá sobrevivir a los porvenires del juego
En otras partes de la ciudad los pensamientos de los gantzers son variados.
Algunos investigan todo lo que pueden en foros japoneses, otros piensan en cómo es que su trabajo cambiará con las decisiones que tomaron, alguien entrena al igual que John pero eso por razones diferentes, unos piensen en que quizá trabajan demasiado, que quizá tantos tiroteos en el trabajo los a dejado locos, que quizá una nueva droga le fue dada un arresto, que quizás debería pasar más tiempo con la familia.
A sus 45 años, dos hijos, dos esposa, docenas de balas disparadas y miles de cigarrillos fumados el oficial ( ) tenía cáncer pulmonar que podría acabar con su vida en unos años, no sabía que lo mataría antes, si el cáncer o una sobredosis de plomo en el pecho, no sabe como es que apenas lo estuvo manifestado, ni como es que este de un día a otro desapareció, pero si sabe que lo que vivió esa noche era real, por más que tratara de negarlo, por más irreal que pareciese... El sabía que era real.

-¿Que no vas a desayunar?
-¿Que? A si... 'Orita
-Estas muy raro desde hace unos días ¿te sientes bien?
-No, creo que pediré un par de días en el trabajo, ¿quisieran ir a algúna parte?
Todos en la mesa se quedaron en silencio, esa proporción fue tan casual y salida de la nada que empezaron a temer lo peor.
-Papá... el cáncer... No se te curará. - lo decía su primera hija con lagrimas en los ojos, a punto de romper en llanto - no tienes que compensar el tiempo que no pasamos juntos, eres mi papá y y...yo
-No, Nada de eso, ni siquiera tengo cáncer
-¿qué? - dijo su esposa algo confundida
-Al parecer el doctor se equivoco en la radiografía y nunca tuve cáncer
-¡Hijo de su puta madre¡ como se atreve ese pendejo a darnos un susto como éste.
Estas palabra provenientes de su hija menor lo sorprendieron, pues nunca la había escuchado decir tales cosas frente a él
-Orita voy a llamar a ese pinche doctor para que nos de explicaciónes - decia su esposa furiosa mientras tomaba su celular

Antes de que pudiera detener a su esposa sus hijas se abalanzaron sobre el llorando, solo podía escuchar los gritos de su esposa mientras y doctor estaba tratando de explicarle que el cáncer había desaparecido de una radiografía a otra, sin duda una situación un poco rara.

Los días pasaron y mientras todos seguían con su rutina llegó casi de sorpresa a la media noche de un jueves, paralizado en medio de un paseo nocturno un bexeador solo puede pensar en si esto afectará su combate del sábado en la noche