Yo cumplo

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Ese día Jung Namjoon se despertó antes que sus fastidiosos hermanos los cuales caben a decir que comparten el cuarto entre 5 personas. Personas que caben a resaltar que eran peor que u terremoto. Todos eran más jóvenes que Namjoon por ello era todo un caos, los únicos afortunados eran sus hermanos mayores, Jungkook y Seokjin por sacarse la lotería y nacer primero, por ello tenían un cuarto para ellos solos, desgraciados con suerte.

Suspiro y con pereza s levanto de la cama, maniobrando para pasar por encima de los tufones de sus hermanitos para no despertar a ninguna de esas bestias.

Se dio un baño y se alisto con el máximo sigilo que pudo, ya que se le cayeron los platos y se cayó en la ducha más de dos veces. Mala suerte.

-¿Ya te vas a estas horas?- pregunto su madre, parada en la escalera con su rostro completamente soñoliento y cansado.

Namjoon dejo salir un el aire por el susto y se recompuso acercándose a su madre, dejando un pequeño beso en su frente.

-Tengo un examen a primera hora de la mañana y si no llego antes, será mala suerte para mí- Dijo el moreno.

Su madre acaricio su cabeza cual dueña dando mimos a su pequeño gatito.

-Eres un buen niño- Dijo la mayor sonriendo.

Namjoon se terminó yendo caminando para horrar el pasaje, su familia al ser una familia de muchas personas no se podían decir que tenían muchos recursos incluso si a sus padres se les pagaba bien en sus trabajos sim embargo, eran felices de esa manera, todos los hermanos se esforzaban para conseguir las becas con las que estudiaban y los mayores que estaban a nada de graduarse pensaban en empezar a trabajar para ayudar a su familia.

Justo ahora el moreno estaba dentro de las grandes facultades de música, estudiando con una de las mejores becas que el gobierno podía dar por sus altas notas que se mataba en estudiar. Se dejó caer bajo uno de los tantos árboles que adoraban el patio central.

El viento soplo y como siempre, Namjoon giro su cabeza en busca de la dirección de aquel viento, paranoico, como el solía llamarse después de tanto tiempo porque, era imposible que el viento hablara, aunque su madre dijo una vez que si tenías mucha paciencia y te quedabas escuchando a tu alrededor, escucharías que en realidad aquel viento si hablaba, susurraba a tus oídos. Puras leyendas.

Siempre. Y hablamos desde que el moreno era un bebé su madre solía decir que parecía estar buscando algo, algo que era importante. Incluso recuerda que una vez en el jardín de niños. Cuando su madre soltó su mano para atender a su hermano siguiente que en ese tiempo era solo un bebe de brazos, él termino caminando según el viento lo guiaba, buscando a todos lados. Cuando su madre lo encontró se dio cuenta de que su hijo estaba buscando algo.

-Estas buscando algo, mi pequeño- Le había dicho su madre una tarde cuando el moreno vigilaba a su hermano menor dormir entre unas mantas en el suelo. El televisor transmitiendo un programa que a Namjoon le gustaba ver.

El chiquillo sin entender ladeo su cabeza y curioseo como todo niño.

-¿Buscando algo? ¿Algo como qué, Omma?- Pregunto el chiquillo.

-No lo sé, pequeño pero, estás buscando algo.

El moreno puchero en su puesto y pataleo ligeramente para no despertar a su pequeño hermano.

-No es justo Omma, no puede decirme algo así sin una respuesta. Eso no se hace- Su madre solo se echó a reír.

-Dicen que cuando prometemos algo que no cumplimos, aquella promesa siempre nos va a perseguir hasta que la cumplamos.

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