Hank no podía despegar su mirada de él, su cabello castaño revolviendose ligeramente a causa del viento, sus ojos cafés llenos de brillo y esa sonrisa llena de emoción al sentir la lluvia por primera vez.
El maldito de Kamski lo había hecho, ahora Detroit era como su parque de diversiones desde la revolución androide, dando actualizaciones como regalos de navidad, yendo de un lado a otro, Cyberlife ya era cosa del pasado. Y por supuesto, Kamski le hizo mejoras a "sus bebés", como les había llamado, y entre ellos, estaba Connor por supuesto, a quién, al parecer, le había sentado realmente bien esas actualizaciones, ahora pudiendo sentir mejor que nunca, pudiendo saborear, y de verdad que Hank deseaba ver su primera expresión cuándo probara el helado por primera vez, queriendo disfrutar todas sus reacciones mientras indagaba entre las maravillas que le ofrecía el mundo.
- ¡mire Hank! .- la voz emocionada del castaño le saco de sus pensamientos, volteando a verlo y sintiendo que se quedaría ciego por esa deslumbrante sonrisa que el otro emitía.- ¡es frío!, se siente extraño cuándo cae sobre tu mano, ¿ya lo había sentido antes, Hank?, ¡es sensacional!.
Hank sonrió por la emoción que liberaba el androide por algo tan simple para muchos, viéndolo en la puerta de su casa, sacando los brazos lo más que podía para poder sentir la lluvia sobre su piel, mientras que Sumo le veía curioso pero compartiendo la emoción por igual a su lado. Hace media hora había comenzado a llover, y el androide no había podido resistirse, teniendo una inmensa curiosidad de saber como se sentirían las gotas cayendo a ligera presión sobre él, y el agua helada que proporcionaba naturalmente la más enorme regadera del mundo, como Anderson le había descrito antes todo eso de la lluvia, intentando quitarle importancia pero no lograndolo.
- sí, Connor .- respondió finalmente.- ya la he sentido, la mayoría igual, y la mayoría de las veces igual se huye para resguardarse de ella, no se va hacia ella.
El castaño le vió con algo de confusión.
- ¿por qué?; la sensación es relajante y agradable.
- sí, pero si no lo has notado, está fría y nosotros si nos enfermamos.- respondió en justificación.
Connor no hablo más, viendo como las gotas caían rebotando y mojando sus manos, meditando lo dicho anteriormente, entonces una idea cruzo por su cabeza y sonrió.
- pero yo no me puedo enfermar .- hablo luego, viendo hacia el Teniente el cuál se hacia una idea de lo que el otro quería hacer.
- no, Connor .- negó tratando de evitarlo.
- sí, Connor .- respondió éste y salió hacia afuera, casi soltando un grito de emoción al sentir la lluvia por completo sobre él, como las gotas caían mojandole por completo.
Antes había estado bajo la lluvia, pero le era indiferente, no podía sentirla, no podía disfrutarla, esto era diferente.- ¡Hank!, ¡se siente asombroso! .- casi le grito al otro mientras intentaba tomar las gotas de agua entre sus manos mientras caían.Anderson no hizo nada más que suspirar, pero comprendiendo de igual manera la emoción a las nuevas sensaciones que tenía el otro, sonriendo ligeramente, pues le recordaba a Cole, Connor era como un niño a decir verdad. Avanzó un poco, pero no yendo más allá de la puerta de entrada, mientras recordaba la vez que llovió, y Cole a escondidas salió afuera, tiempo después lo encontró en una pelea de lodo con Sumo, bañarlo fue trágico, pues él termino más bañado que el niño y el perro en sí.
Entonces decidió dejarlo ser, que se divirtiera un poco y que disfrutará de la lluvia como quisiera. Apróximadamente unas dos horas después; la lluvia ceso al fin, Connor se encontraba sentado en la entrada viendo como esa maravilla natural acababa, algo triste, pues le había encantado sentirla, queriendo que se repitiese de nuevo muy pronto, decidió entrar a la casa de una vez por todas, pues sentía como si algo le entumiera, lo cuál era impropable, caliente pero frío; ese era el frío, empezaba a sentir frío, sonrió entrando, pero antes de dar unos pasos más una voz le detuvo.