Eran las cuatro de la mañana del día siguiente. La alarma de mi celular me había despertado. Después de pensar un rato en la orilla de la cama escogí mi ropa, me quité el pijama, me vestí y tomé mi celular. Me dirigí al cuarto de baño a lavarme los dientes y al terminar, pasé rápidamente un peine por mi alborato cabello. Desperté a mi padre para que me acompañara a la camioneta y metí mi almuerzo en la mochila. Esta, al parecer, sería mi aburrida rutina durante todas las mañanas del bachillerato.
El punto que se había fijado para recogernos también quedaba muy cerca de mi casa, a menos de tres minutos caminando. Durante esos momentos los nervios me comían vivo, literalmente me encontraba temblando de pavor. Todo estaba a punto de cambiar para mí; entraría a una nueva etapa, con nuevos enfoques, nuevos amigos y, sobre todo, comenzaría a descubrirme a mí mismo. Algo de lo que no estaba consciente en aquel momento.
Lo único que sabía era que junto conmigo subirían tres personas más, sólo sabía sus nombres, pero no los conocía de nada: Camila, Alberto y Dizan.
Dizan. Que singular casualidad se había presentado. Mi madre alguna vez me había contado que le hubiera gustado nombrarme así, pero que gracias a la necedad de mi padre por ponerme uno de sus nombres, tuvo que resignarse y ponerme por nombre "Kurt" para que sonara bien la combinación.
Al parecer había llegado muy temprano, pues el chófer, que después me enteraría que se llamaba Adam, aún no había llegado y no encontraba rastro alguno de mis compañeros. Entonces, justo a la hora marcada, las 05:15, llegó la camioneta. Me despedí de mi padre y me senté en el primer asiento detrás del conductor.
Tuvieron que pasar algunos minutos hasta que aparecío, era él, el muchacho que tanto había tratado de evitar. Al subirse a la camioneta se tomó unos segundos para decidir en dónde sentarse, mirando en la penumbra con ojos amplios de un asiento al otro; y para mi desgracia, o viéndolo desde otro punto de vista, para mi fortuna, decidió sentarse al lado mío. Poco tiempo después llegó Camila. Era de esperarse que ése fuera su nombre, pues era la única mujer que se suponía debía subir junto conmigo. Era una chica de baja estatura y cabello claro muy ensortijado que le llegaba hasta los hombros; formando una clase de melena alrededor de su cabeza.
Se hacía tarde y mientras Camila se disponía a cerrar la puerta, hizo su aparición el segundo chico. Se encontraba algo jadeante y con una sonrisa que mezclaba nervios y satisfacción en los labios, al parecer no se creía capaz de alcanzar la furgoneta antes de que ésta partiera. Sin embargo, aquí estaba.
Al tiempo en que el muchacho tomaba asiento, el chófer comenzó a pasar lista:
—¿Eagle? —dijo Adam con cierta dificultad y pronunciándolo de una forma extraña.
—Presente —contesté. Efectivamente, mi primer nombre significa, literalmente, águila.
El hecho de que pronunciaran erróneamente mis nombres ya no causaba ninguna reacción en mí. Durante mis primeros años de escuela había resultado molesto, no podía comprender cuál era la dificultad de llamarme correctamente. Sin embargo, ahora ya era prácticamente una costumbre, pues llevaba más de una década escuchando a la gente llamarme de cientos de formas, todas menos la correcta. Y ni hablar de la hora en la que tenían que escribirlo, hacía ya tiempo que había preferido deletrearlo para evitar errores. La verdad era que sólo muy pocos lograban pronunciar mis nombres correctamente a la primera y sin asistencia mía. Aún así, solía tener una cierta preferencia por el segundo; que curiosamente, era el que despertaba más problemas a la hora de decirlo.
—¿Camila?
—Aquí —respondió la pequeña chica.
—¿Dizan?
—Presente —dijo el muchacho a mi costado con una voz ligeramente grave.
—¿Alberto? —prosiguió el conductor.
—¡Por aquí! —gritó el otro chico desde la parte trasera de la camioneta.
Y sin más que hacer, el señor Adam encendió el motor de la camioneta y comenzamos a seguir la ruta para recoger a los demás.
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Viendo las Estrellas
RomanceKurt es un joven que se encuentra a punto de iniciar el bachillerato. Durante la mayor parte de su vida se ha mantenido dentro de su zona de confort; sin embargo, con ésta nueva etapa de su vida, encarará nuevas experiencias con el objetivo de conoc...