Veinte años

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Lo reconoció enseguida cuando se acercó y se quitó los lentes de sol. Caminaba hacia ella con pasos pequeños, temerosos. Como si el encuentro que iba a producirse en pocos segundos le generara terror.
Cuando llegó finalmente a la mesa donde lo esperaban, suspiró. Tanto tiempo. Tanto tiempo sin verse, sin cruzarse, sin mirarse. El encuentro les generó a ambos un torbellino interior difícil de controlar, lo supe porque ella movía las piernas incesantemente así cómo él movía sus manos. ¿Qué más? ¿Qué más podría sentirse en un momento como ese? ¡Estaba allí! ¡Mierda, estaba allí! Parado frente a ella, mirándola como si fuera la primera vez que lo hacía. Ella no hizo ningún gesto, pero sus ojos duros se llenaron de lágrimas. Él se sentó por fin e hizo el intento de hablar, pero le temblaba la voz, y no pudo hacerlo.
De lejos no podía vislumbrar todo a la perfección, pero me bastaba para entender lo que ocurría. ¿No había una mesa más cerca?
Ella habló. Le dijo que no entendía por qué, veinte años después de la última vez que hablaron, la citó para encontrarse. Él se quedó en silencio, observándola con detenimiento. No emitió ni una palabra.
Ella comenzó a incomodarse y le manifestó que no estaba dispuesta a hablarle a alguien que no respondía.
Cuando se paró de la mesa decidida a irse, él la tomó de las manos y le pidió que se quede.
Se miraron fijamente unos minutos, hasta que ella no lo soportó más. Es difícil mantener la mirada cuando el recuerdo está borroso, cuando el alma está dañada, cuando los ojos del otro no inspiran más que desconfianza y recelo.
"No puedes aún, ¿verdad?", le preguntó ella. Nuevamente, él no respondió. Se limitó a mirarla mientras sus negros ojos se humedecían rápidamente.
Sin pensarlo, ella tomó su bolso y emprendió la caminata. Él la vio irse, nuevamente, y cerro los ojos, impotente.
Veinte años después aún no podía. Veinte años después aún no era tiempo. Veinte años después aún no lograba pedir perdón.
Eso que tanto esperó ella, eso que tanto negó él. Una palabra, seis letras, que significan tanto. Que cambian tanto. Que sanan tanto. Que salvan.

A mí tampoco me pidieron perdón. Pero he perdonado.
Algunas cosas no merecen que esperemos veinte años.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2019 ⏰

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