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No, la verdad no creo que exista una sola persona en este mundo que no haya visto o pensado algo inapropiado. Podemos negarnos mil veces o auto convencernos de que no es así, pero, la triste realidad es que todos somos una gran mezcla, diría yo, 50% de mal y 50% de bien.

Bueno, ahora que saben lo que pienso sobre ese tema, mi nombre es Samanta Jiménez, vivo en California y tengo 17 años.

Mi vida cambio, no por la típica historia de amor, sino por la culpa de mi gran bocota. Quiero decir que sé que a veces pienso en voz alta y puede que lo que digo ofenda a cualquiera, pero esa ocasión ofendí al gran, magnífico y engreído de Ton Lancer.

Resulta que no soy muy popular, porque no soy la típica chica hueca y plástica; en realidad soy buena en todas las materias y llevo increíbles notas.

Pero podría decir que mi lado bueno no encajo con el de él, más bien mi otra mitad, mi mitad peligrosa, esa que me impulsa a tomar decisiones estupidas y  que tal vez son nocivas para mi a tal punto de autodestruirme.

¿Pero como sabré que valió la pena? Supongo que cuando me toque recoger los pedazos restantes, esos pequeños que aunque no son todos sirven para reconstruirme, se que ese será el momento en que sabre que quizás tome la decisión correcta al seguir, por un amor que aunque no terminó de la mejor manera acabó con un "te amé para siempre".

pensamientos no palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora