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Nervios, emoción e impaciencia, mezclado con un poco de miedo. Solo un poco. Lo desconocido asusta, eso lo saben todos.

Park Jimin y Min Yoongi se encuentran sentados frente a frente, siendo protagonistas de ese torbellino de sensaciones.

Están acompañados por su amigo Kim Namjoon y Kim Seokjin, que, según ellos, ya estaban más "familiarizados" con el tema.

Los universitarios se habían reunido para una cosa; adentrar a Yoongi y a Jimin al mundo de los fármacos alucinógenos y estimulantes.

Los cuatro reunidos saben muy bien que no es algo sano. Si bien hay otros fármacos peores, es peligroso si se ingiere en grandes cantidades.

Tal vez es por eso que Yoongi y Jimin quieren intentar. No por presión social o por tratar de escapar, solo por contradecir a la sociedad y romper las estructuras de esta.

Ambos jóvenes tienen las manos sudorosas y el cuerpo inquieto. Sus abdómenes están tensados, incluso antes de consumir la droga.

Namjoon, luego de explicarles cómo es que esta droga funciona, inhala un poco del pequeño frasco de vidrio que tiene en sus manos, se lo pasa a Seokjin y hace lo mismo. Luego, se levantan con un poco de torpeza, el menor de ellos se despide riéndo mientras el otro reparte besos por toda su nuca.

Tambaleandose y al borde de tropezar, se retiran a la habitación.

Yoongi y Jimin observan atónitos.

¿Realmente quieren hacerlo?

Sus amigos lo hacen casi todo el tiempo, según ellos es la "droga del amor".

¿Realmente están enamorados?

El mayor de ellos toma la pequeña botella y la abre con miedo.

Toma una buena inhalada, colocándose un dedo por encima de uno de los hoyos nasales, y cierra sus ojos mientras exhala por la boca.

Jimin, rápidamente, lo copia.

Y llega la oleada de estimulaciones. Al solo inhalar un poco, ya sienten el subidón de bienestar y todos sus sentidos se elevan al doble. No, al cuádruple.

La euforia se les sube hasta las puntas del cabello y sienten como todas sus venas se estremecen.

Pueden sentir cada milímetro de su piel.

Pero todo eso baja en cuestión de segundos; sus cuerpos comienzan a perder control y ambos caen lado a lado, abarrotados en el suelo.

Pueden jurar que las raíces del suelo de madera los atan y los elevan constantemente.

Pierden el foco de la atención. Sienten los colores de su cuerpo y el tinte de los suspiros. Saborean aire y respiran cielo.

Los dos jóvenes ríen y parpadean con pesadez.

Oyen el silencio por unos minutos, hasta que el menor de ellos lo rompe.

— Todo lo que está apagado dentro de mí se enciende. —dice Jimin, respirando con rapidéz y casi sin pausar al hablar—. Mi pulso, el bombeo de la sangre, mis movimientos, todo duplica su fuerza...

— Shhh, Jiminnie. Respira. —le pide el mayor calmadamente. Las palabras de Yoongi, al contrario, son lentas y pesadas.

Ambos inhalan el aire puro que se encuentra dentro de la habitación, y dejan soltar un soplido de relajación.

Sus cuerpos se aflojan más.

Entonces, recorren las partes más interesantes y lúcidas de sus cerebros.

Junkies - Yoonmin [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora