CAPITULO 1
_ ¡Serena, te vez hermosa!_ dijo su amigo Yoshiki mirándola embelesado.
_ Si, lo sé_ sonrió ella, con inocencia en su mirada.
_ Tu esposo es muy afortunado_ miro a la rubia que se miraba al espejo.
_ Claro que lo es y lo quiero tanto_ suspiro pensando en el hombre que la hacía estremecer aun.
_ Hace un año que se casaron_ le recordó_ ¿Aun no deciden cuanto tomar su luna de miel?_ pregunto mirando como ella se ponía seria.
_ Darién está muy ocupado atendiendo lo del nuevo hotel _ se paso una mano por el pelo acomodándolo_ Pero dice que cuando arregle todo podremos tomarla.
_ Qué bueno_ sonrió y le dio una caja_ ¿Te las llevaras ahora?
_ No, creo que mejor las mandas a mi casa_ mire el montón de ellas.
_ Tú no te cansas ¿Verdad?_ sonrió al ver la ilusión en su rostro al verlas.
_ ¡Jamás!_ dijo divertida y con ilusión_ Bueno, nos veremos después.
_ ¡Cuídate!_ le grito al verla partir en su convertible a toda velocidad.
Ya en el auto la rubia cantaba a todo pulmón una canción que adoraba, antes de llegar a su casa iría a visitar a Seiya. Hacía tiempo que no lo veía y tenía muchas ganas de estar con él.
El solo hecho de mencionar su nombre la hacía sentir una gran emoción, su querido Seiya. Su amigo, su confidente, su fiel enamorado. Que a pesar de estar casada, el seguía insistiendo en que un día ella lo querría como él a ella.
Una vez en el lugar de inmediato se retoco el maquillaje, el no podía verla desalineada. Una vez que quedo conforme con su aspecto, se bajo del automóvil. Con un paso elegante y muy femenino ella llego a la recepción, pregunto por él y le dijeron donde estaba.
_ ¡Hola, Serena!
Al escuchar el saludo se volvio para mirar a la mujer que le hablaba.
_ ¡Hola, Amy!_ la saludo con un beso en la mejilla_ ¿Cómo has estado?
Miro a la joven quien era la mejor amiga de Darién, durante su corto noviazgo ella se mostro dura con ella. Con el tiempo las cosas cambiaron, volviéndose no las mejores amigas, pero al menos ya mostrándose cordiales y maduras para manejar las cosas.
_ Muy ocupada_ la miro y vio que lucía radiante_ ¿Y tú?
_ ¡Feliz!_ sonrió _ ¿Has visto a Seiya?
_ Aun sigues con eso_ la miro confundida_ Lo haces ilusionarse.
_ Amy, solo quiero estar con él_ la miro sin entenderla_ Además, lo quiero.
_ Pero deberías ver lo de...
_ ¡Seiya!_ grito la rubia feliz interrumpiéndola y corrió a su encuentro del chico en cuanto lo vio.
El saludo tan alegre evito que la peli azul siguiera, así que solo dio un suspiro y se despidió. Observo como la rubia feliz acepto el abrazo del pelinegro de coleta y también el beso tan tierno que le dio.
Amy solo sacudió la cabeza, algún día Darién se enteraría de esto y ella no lo permitiría. El jamás se enteraría ¡Jamás!
Los miro por última vez y una mirada llena de odio pasó por sus hermosos ojos, pero rápidamente el cambio cuando vio a la rubia volverse para despedirse de ella e irse con el chico a otro lado. Ella solo les sonrió y salió de ahí.
_ ¡Me hace tan feliz verte!_ dijo él, mirándola detenidamente. Tenía una gran admiración por ella.
_ Sabes que nunca dejaría de faltar a nuestras citas, caballero_ lo saludo y sonriendo se fueron hacia el jardín para tener mayor privacidad.
En aquel lugar se sentaron cerca de un árbol para disfrutar parte de ese día. La tarde paso rápidamente y después de pasar unos maravillosos momentos con Seiya ella se retiro.
Sonriendo paso por donde estaba la oficina de Amy, entraría para despedirse de ella y de paso a invitarla a la cena que organizaría en unos días.
_ ¡Hola!_ saludo tocando a la puerta y abriendo sin esperar respuesta_ ¿Cómo va el día?
_ Bien, por el momento todo bien_ le contesto dirigiéndole una mirada helada la cual paso inadvertida para Serena.
_ Oye ¿Quería saber si podías asistir a la cena de mi aniversario?_ se sentó y miro los papeles que le hacían promoción al lugar_ Siempre que te invito a un evento, siempre dices estar ocupada y ahora quiero con tiempo avisarte y saber si puedo contar contigo_ la miro dulcemente.
_ ¿Primer aniversario?_ la miro pálida.
_ Si, celebraremos Darién y yo nuestro primer año de matrimonio ¿No es maravilloso?_ pregunto emocionada.
_ Sí, claro_ la miro con furia.
Si ella no hubiera chantajeado a Darién para ese matrimonio el seguramente le había propuesto matrimonio a ella. ¡Pero no! Esa niña caprichosa solo lo señalo y su querido abuelo se lo compro. ¡La muy cínica! Ahora se atrevía a festejar un matrimonio forzado, y ella no podía soportarlo.
La miro con rabia, había prometido a Darién que no le diría nada. Pero verla así, tan contenta era como una bofetada para ella. ¡Se burlaba! Le restregaba en la cara a Darién que lo había comprado con esa maldita celebración.
Se levanto de su asiento y sin que ella lo esperara la abofeteo.
Serena la miro atónita tocándose la mejilla, tardo unos segundos en reaccionar.
_ ¿Qué te pasa?_ pregunto incrédula.
_ ¿Qué me pasa? ¡Que me pasa!_ le grito_ ¡Me pasa que eres una maldita desgraciada!_ le escupió las palabras con desprecio.
_ ¿Estas loca?_ se levanto para salir de ahí_ Le diré a Darién.
_ No, señorita_ se interpuso en su camino, esta vez le diría la verdad que nadie se atrevía a decirle_ De aquí no sales hasta que sepas lo que pienso y siento por ti.
La rubia la miro asombrada y con dignidad volvió a su asiento.
_ Pues dime, no tengo tu tiempo_ dijo sin mirarla, poniendo su atención a una foto donde estaba Darién.
_ ¿Cómo te atreves a celebrar tu aniversario?_ la confronto_ Cuando deberías celebrar que tienes a tu preciado juguete que te salió muy caro.
_ ¿Qué juguete?_ puso atención a sus palabras desviando su mirada de la foto de su marido.
_ ¡No finjas, Serena!_ se paso las manos por el corto pelo desesperada_ ¡Compraste a Darién para que se casara contigo! ¡Lo chantajeaste!
_ ¡Yo no lo hice!_ se levanto furiosa por las cosas que le decía.
_ Puede que tu no, pero tu abuelo si_ sonrió mirándola con ironía_ ¿Qué hiciste? Solo lo señalaste y le dijiste "Yo lo quiero" ¿Como si fuera el juguete del momento que deseaba la princesa?_ se empezó a reír _ Claro, la niña rica, la niña de diamante, la princesita de Artemis, que tiene todo lo que ella quiere.
_ ¡Estas equivocada!_ la miro sonrojándose, porque en parte era cierto lo que decía de ella.
Su abuelo era dueño de una de las minas más ricas en diamantes y también en otras piedras preciosas. Desde pequeña tuvo todo lo que quiso...Todo, menos lo más importante.
_ ¡Darién me lo dijo!_ le grito desesperada al ver que se negaba a admitir la verdad_ Esa noche vino a mi lado y lleno de rabia me dijo que tenía que casarse con la niña consentida de Artemis Tsukino para poder tomar posesión de unas tierras que habían pertenecido a su familia.
_ ¡Mi abuelo se las regalo!_ dijo con voz ronca, tratando de controlar las lagrimas. Ella sabía perfectamente a lo que se refería.
_ ¡Tu abuelo se las cedió!_ la contradijo_ Pero bajo un contrato de que debía permanecer casado contigo hasta que tu lo liberaras de ese matrimonio_ le explico mirándola con odio_ Hasta que la niña de papi se cansara de jugar a la casita_ señalo con ironía.
_ ¡No es cierto!_ negó ella y se tapo los oídos, negándose a escuchar mas trato de salir.
_ ¡Lo compraste Serena! ¡Lo compraste!_ la sujeto de los brazos para que la escuchara_ ¿Alguna vez ha tenido detalles contigo románticos? ¿Alguna vez te ha dicho que te ama? ¡Dime! _ sonrió al ver que palidecía_ ¡Si! Así es Serena, solo está contigo por ese chantaje, se acuesta contigo pensando que puede perder la herencia de su familia si no te complace, te sonríe imaginando que tal vez tu abuelo los pueda ver y debe mostrar que está feliz_ sonrió ampliamente al ver su sufrimiento y descargo la estocada final_ Hasta en la intimidad finge Serena, solo eso hace fingir para mantener lo que lo ata a ti.
_ ¡Cállate!_ grito a punto de estallar de rabia, de impotencia y dolor.
_ ¡No, ahora no! Lo ataste a un matrimonio que no quería y ahora enfrenta la realidad y deja de vivir en ese mundo de sueños que te has inventado_ sonrió complacida al verla llorar_ ¡Si! ¡Llora, llora! Y eso no será suficiente. Darién jamás te amara, el te odia tanto que incluso..._ la miro detenidamente, deseaba ver su reacción al decirle lo siguiente_ Tiene de amante a tu querida amiga, a su fiel asistente. Mientras tú lo esperas en tu casita de juguete, el está con otra.
La rubia solo se soltó de su agarre y salió de ahí sin detenerse a escuchar más los gritos de Amy. Rápidamente subió a su auto y arranco, tenía que hablar con Darién. El seguramente le negaría todo, le diría que todo es una confusión y que todo era a causa de los celos de la peli azul, si eso pasaría.
El camino le pareció eterno a la rubia que intentaba controlar las lagrimas; pero las palabras de ella le habían dolido en lo más hondo.
Amy estaba celosa de ella y ahora lo confirmaba al saber que esta guardaba esperanzas de que Darién se casara algún día con ella.
Con su característico rechinar de llantas ella freno al estacionarse en el lugar reservado para los socios de la cadena de hoteles.
Sonrió al chico que le abrió la puerta para pasar al ascensor privado y con desesperación pulsaba los botones. Una y otra vez lo hizo, quería que esto avanzara rápidamente y que la pesadilla terminara. Quería sentir los brazos protectores de su marido diciéndole que todo estaría bien.
Al abrirse al ascensor de inmediato camino por el largo pasillo hasta llegar a las puertas de cristal, miro donde debería estar Molly, la secretaria de Darién. Pero esta no estaba, seguramente andaría viendo algún asunto. Pero no había problema ella era la esposa de él y no creía que se molestara por visitarlo.
Antes de tocar a la puerta y abrirla escucho unos gemidos, lentamente la abrió al notar que estaba entreabierta.
Se mordió los labios para evitar gritar llena de dolor al verlo ahí. Su querido esposo miraba el rostro de la morena mientras la hacía que lo montara, arrancándole gemidos llenos de pasión en el proceso a su asistente.
No sabía que hacer, entrar y gritarle unas cuantas cosas o salir de ahí sin decir nada. Pero no tuvo mucho tiempo para seguir pensando, por que la mirada de su marido la dejo congelada en su sitio. El simplemente siguió con lo suyo mientras se burlaba de ella en silencio y apretó mas a la pelinegra contra su torso semidesnudo logrando arrancarle un gemido de satisfacción
Ella no sabía que fuerza la motivaba a seguir ahí, estática en su lugar. Mirando como el hombre que era su esposo tenía sexo con otra mujer.
Su mirada burlona siguió hasta que la morena hizo la cabeza hacia atrás llegando al orgasmo, mientras que el pelinegro le mordía un seno sin dejar de mirar a la rubia, quien permanecía quieta sin creer la escena que tenía enfrente.
Serena se tapo la boca, pero aun así no pudo pasar desapercibida para la pelinegra que sorprendida volvió su bello rostro y con una sonrisa de satisfacción la reto a que la alejara de él. Ella sabía perfectamente que tenia la pelea ganada y lo comprobó al ver la mirada de Darién.
Una mirada llena de odio y de venganza.
YOU ARE READING
COMPRANDO TU AMOR
RomanceCaprichosa, llena de lujos y riquezas lo había comprado en una ocasión...pero ahora el tiempo y las circunstancias la hacían tenerla en sus manos. Era momento de vengarse