Tanto tardé en buscarte que para cuando te encontré ya había
olvidado la razón por la que lo hacía.
Tanto fue mi dolor entonces, por toda mi vida perdida
que sin nada que pudiera yo hacer, me largué a intentar vivir mi vida, triste y solo y sin ningún amigo
porque mi tiempo
no valía para esas tonterías.
Y tú, soledad, acechabas
horriblemente, tanto que sin querer lloraba,
lloraba lágrima tras lágrima
sin lograr nada.
Y al final el día se hacía
noche y la noche se acababa.
ESTÁS LEYENDO
Sus secretos
ДуховныеNuestra vida está conformada por episodios llenos de vergüenza y alegría, de tristeza y nerviosismo, de enojo y frustración. Somos un manojo de emociones mal calculadas, muchas veces impredecibles y sin causa razonable aparente. Experimentar con tod...