20/7/1685

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Buen día.

Escribo esta carta, desde una pequeña casa de campesina. Os explicaré porqué escribo esto. Me llamo Charlotte y tengo 16 años. Debo decir que mi trabajo es perseguido por los guardias de la realeza. Soy científica. Trabajo con plantas, hago medicinas y estudio un poco de ciencia.
No sé si en la época en la que os encontréis es buen visto que una plebeya como yo estudie o haga algo aparte de cuidar niños y la casa, además de cocinar y limpiar. Pero eso me da igual, ya la realeza ha intentado colgarme en la plaza del pueblo, mas no me han logrado atrapar. Apenas me han logrado retener una noche en los calabozos de palacio. Me buscan, viva o muerta, eso les es indiferente. Me escondo en el sótano de unos agricultores. No tienen contacto con la gente de ciudad por lo que no saben que soy fugitiva.
Recientemente he encontrado una especie de elixir, el cual si no me equivoco da el poder de la reencarnación. Una magia oscura a la que nadie ha tenido acceso antes. Junto a la carta, adjunto un frasco con un poco de este elixir por si acaso no recuerdo nada en mi nueva vida. Lo mantendré guardado en un cofre de madera. Mañana mismo me tomaré un trago de la pócima y me entregaré a la guardia real. No soporto el constante estrés de huir. He logrado un avance, que si se diera el caso de funcionar, sería el más importante en la historia de nuestra sociedad.

Me despido cordialmente y espero que esta carta no acabe en manos de alguien vil como el rey Félix.

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