Pretty Boy

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Y allí iba de nuevo, ese chico de la hermosa sonrisa y suave voz. Un días más entraba a esa cafetería, tan animado como siempre, ordenando una vez más ese café que había estado pidiendo desde el primer día que había llegado. Y, como cada día, Lucas intentaba no sonrojarse ni sonreír como idiota mientras tomaba su orden y escribía su nombre en el vaso. Ya ni siquiera tenía que pedirle su nombre, porque lo había memorizado desde el primer día que se lo había dicho: Jungwoo, un nombre tan bonito como él.

Recordaba la primera vez que lo había visto: sus facciones tan finas, rellenos labios color rosa, sonrisa dulce. Lucas se congeló al ver a ese chico lindo frente a él, hasta que este agitó su mano frente a sus ojos para llamar su atención. Reaccionó y se disculpó por su actitud, y allí fue cuando escuchó al muchacho reír y el chino pudo jurar que jamás había escuchado algo tan hermoso en su vida; era tan suave y melodiosa como su voz cuando hablaba. Escuchó esa bonita risa una vez más cuando le pidió deletrear su nombre para poder escribirlo en el vaso; dominaba muy bien el coreano tras vivir varios años en el país, pero a veces los nombres se le dificultaban, y los nervios tampoco le ayudaban mucho. Su sonrisa amplia se mantuvo mientras preparaba la orden y se la entregaba al chico lindo, e incluso horas después de que éste se había ido.

A partir de ese día, el chico comenzó a llegar a diario, solo o acompañado, a la misma hora y siempre ordenaba el mismo café. Luego de dos semanas, Johnny, su amigo que trabajaba junto a él, le había forzado a hablar con él, más que las usuales palabras para tomar su orden. Jungwoo siempre intentaba conversar con él sobre cualquier cosa mientras esperaba por su café, pero los nervios lo traicionaban así que para evitar decir alguna estupidez que lo pusiera en vergüenza frente a él, prefería dar respuestas cortas y cortar la conversación allí mismo. Ese día se vio forzado a preguntar sobre la laptop que llevaba bajo su brazo y el muchacho de voz suave explicó que debía hacer un trabajo para la universidad, lo cual dejó a Lucas un poco confundido; él mismo estaba en el último año de secundaria, así que supuso que ese chico era mayor que él. Siempre había creído que sería, al menos, dos años menor.

Confirmó que era menor que Jungwoo cuando este le dijo su edad, la cual resultó ser un año más que la suya.



Ese día vio a Jungwoo entrar a la tienda, y su sonrisa se amplió al ver que llegaba con sus amigos y todos llevaban sus computadoras son ellos; esos eran sus días preferidos, porque eran las ocasiones en las que se quedaban varias horas, y allí tenía más tiempo para admirarlo. Discretamente, claro, aunque Johnny siempre tomaba esas oportunidades para molestarlo e intentar ponerlo en ridículo frente a ese chico lindo.

—Aquí tienes, hyung. Espero lo disfrutes —Lucas le sonrió mientras le entregaba el vaso con su orden usual, la cual había aprendido de memoria: un latte de vainilla con crema chantillí y descafeinado (porque le gustaba el sabor del café, pero la cafeína lo convertiría en una máquina de hiperactividad increíble).

—Gracias, Cas~ —el chino intentó muy fuerte no derretirse justo allí ante el sobrenombre que el mayor había comenzado a usar para él hacía unos días. Era tan lindo y adorable que le tomaba demasiado control no sonrojarse al extremo—. Que tengas lindo día.

—Igual tú. Suerte con tu trabajo —asintió y cuando se alejó, pudo soltar el aliento que había estado conteniendo, como cada vez que le dirigía la palabra.

Se quedó tan solo unos segundos viéndolo caminar hacia su mesa y sentarse junto a esos dos chicos que lo acompañaban, y volvió a cumplir con sus obligaciones, limpiando la máquina de café y el poco de leche que accidentalmente había tirado.

Pretty Boy | LuwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora