Sinestesia

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En una habitación perteneciente al segundo departamento del segundo piso el viento hacía mover las cortinas del cuarto donde se encontraba el hijo menor de la familia residente Benjamín quien se hallaba muy concentrado escuchando el son de la música proveniente de la pequeña radio a su derecha de la cual se desprendían diversas formas y colores en compañía de la música.

Las cuales estaba intentando plasmar en el lienzo frente suyo, volteando ocasionalmente para volver a ver las formas y colores que tomaban las notas, voces y líricas de la canción de turno. Dejando que la pintura de acuarela formará trazos rectos o curvos, inclusive tomando formas como triángulos o círculos cuando una voz acompañaba a los instrumentos.

Desde que tenía recuerdos, Benji siempre había tenido la peculiaridad de ver formas y colores atados a los sonidos que escuchaba. Eso había hecho de su vida un gran caleidoscopio en sus ojos; razón por la cual desde niño siempre se encontraba alegre e hiperactivo (en palabras de la esposa de su hermano) influencia por lo colorido del día al día.

Durante gran parte de su infancia Benji nunca vio nada preocupante sobre dicha habilidad. Ni su hermano o madre se habían visto muy consternados, atribuyéndole que tenía una gran imaginación; inclusive el pequeño latino creía que esa era la razón por la que tenía buena memoria para nombres y números; cada uno tenía un color asociado y sólo tenía que recordar el color para rememorar el nombre de una persona o una cantidad específica.

Cuando comprendió que no todos podían ver lo mismo que él y decidido a mostrarles a todos lo que él podía apreciar día a día había tomado la cajita de crayolas, que un día su madre le trajo, y comenzó a dibujar en la mejor de sus capacidades artísticas de ese entonces llenando la hoja blanca de diversos colores y líneas, inclusive algunas formas que apenas comenzaba a aprender en su clases.

Su madre apreció su intento de dibujo para colgarlo en el refrigerador después de su explicación sobre cómo cada color representa cada línea o cada sonido en las canciones que su madre escuchaba en la radio cuando se ponía a limpiar el departamento.

Fue así como tomó el hobby de pintar en acuarelas, después de mucho ánimo de parte de su familia, a pesar de que su materia favorita eran las matemáticas (además de querer integrarse al negocio de proveedores al crecer).

En su mente infantil no tenía apuro alguno en saber lo que dichos colores o formas significaban; eso fue hasta que un día durante su clase con el profesor Kirkland, asignando una actividad de dibujo y al preguntarle sobre su obra escuchando la feliz e infantil explicación de Benji, hizo llamar a su madre y fue así como el menor de la casa supo que su condición tenía nombre.

Sinestesia.

El doctor Ludwig les aseguro que no afectaría en nada a su hijo, tranquilizando a su madre y hermano; y podía continuar con su vida común.

Benji, a sus 11 años, terminaba de dar los últimos detalles a su más reciente cuadro, viendo los tonos dorados que se entremezclaban con naranjas y blancos sobre un fondo oscuro sintiéndose orgulloso.

Porque condicion o no, el menor de la familia sabía apreciar arte y música como si fueran una sola esencia.

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