La parte difícil. [Plance]

Parte Única.

Aclaraciones importantes.

Lo que esté en cursiva serán, o recuerdos o pensamientos, sabrán identificar cuál es cuál fácilmente.

La hermosa imagen de la portada está hecha por la increíble Sol, pueden encontrarla en Instagram como solkorra y en Tumblr de la misma manera, sus dibujos son realmente hermosos y ella es una persona maravillosa<3

Espero les guste.

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Katie se encontraba sentada en el sofá más cómodo de su departamento con las piernas flexionadas, en su mano derecha sostenía un gran vaso con malteada de banana, su favorita, en su mano izquierda el control para cambiar los canales en la TV que se encontraba encendida.

Vestía su conjunto favorito, unos jeans negros algo ajustados que no llegaban a ser incómodos y su remera negra con el logo de su banda favorita. Sencillo, pero perfecto para ella.

Katie no necesitaba maquillaje, ni siquiera un poco de rímel, ella era hermosa naturalmente.

Llevaba sentada más de una hora, esperando. La mitad de ella, sabía que no había razón para estar así, arreglada y lista. La otra mitad estaba ansiosa y completamente segura de que Lance tocaría la puerta de su departamento y asomaría su rostro para invitarla a una de las hamburguesas más grasosas que encuentren.

Apagó la televisión después de ver el tercer capítulo de la serie que Hunk le había recomendado, dejó el vaso vacío en el piso y se recostó, doblada de una manera que solo a ella le parecía cómoda, se quitó las gafas y cerró los ojos.

—¿Qué estoy haciendo? —pensó —Sé que no vendrá.

Se levantó y caminó hasta su habitación arrojándose en la cama. ¿Cuántas veces había compartido esa misma cama con Lance?

Junto a pensamientos similares, Katie se quedó dormida a altas horas de la madrugada, entre lágrimas y recuerdos, despertándose al día siguiente con nuevas lágrimas en sus mejillas, gracias al mismo sueño, o más bien recuerdo, que ha tenido de hace tres meses, cuando Lance se fue y dijo por última vez adiós.

9:34a.m. Sábado.

Katie odiaba esta maldita costumbre de levantarse temprano por dos razones.

La primera era que por más que se durmiera tarde su reloj biológico la obligaba a despertar a esa hora, aunque haya dormido 3 horas.

La segunda es que era lo que le recordaba todos los días sin falta que Lance ya no estaba con ella. Él era el que la obligaba a levantarse temprano, ya que "era el mejor momento para ejercitarse", y aunque ella odiara con su alma el despertar a esa hora, el estar con Lance, el sentir su energía y vitalidad la hacía la mujer más feliz del mundo.

Lance hizo tanto por ella, le enseñó tantas cosas desde que lo conoció hace 7 años, y le enseñó muchas más cuando iniciaron su noviazgo hace 6.

Él la ayudó a confiar más en la gente, le enseñó que existen muchos puntos de vista de distintas cosas, le dijo lo importante que era el cuidar la piel y la salud del cabello, con el tiempo, ambos aprendieron que es bueno conocer a otras personas, ya que lograron la confianza de saber que por más que vean a otras personas, se seguirían eligiendo el uno al otro.

Podían bromear, reír hasta llorar, recostarse de tal manera que su cara se deformaba sin sentir vergüenza, lloraban sin preocuparse de que el otro los iba a juzgar, eran mejores amigos que se amaban tanto que esas dos palabras quedaban cortas, incluso la palabra novios quedaba corta para ellos.

Nuestro amor se hizo para las pantallas de cine.

Pero lamentablemente, nada dura para siempre.

¿Fue culpa de Katie? Claramente no, pero ella lo creía así.

—Katie, eres una de las personas más hermosas que conozco...

—Por favor, Lance...

—Lo lamento tanto, debes seguir adelante —limpió la pequeña lágrima que caía de los ojos de la chica. —Levanta esa hermosa cabecita tuya, no olvides nunca que te amé más que a nadie... adiós, Katie.

Y ella no podía olvidarlo, menos olvidaría que dijo que la amó en tiempo pasado, aún se cuestionaba el por qué la dejó si la amaba tanto.

¿Debería buscar a alguien más? ¿Alguien como él?

Dios, la vida debía odiarla.

Y aunque aún la destrozaba, cada día dolía menos, cada noche había menos lágrimas.

Cada mañana era más fuerte.