3. Pero bebé, tú eres mi Omega.

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Al principio, el ardor no hizo sentir incómodo a Seokjin. La ola de calor que se expandía por sus venas era en realidad bastante placentera, se sentía como miel tibia. Recorriendo con la vista la sala de prácticas, observó a los diferentes miembros. Su lobo interior respondía a todos ellos pero cuando puso su mirada en Jungkook, gimió y gruñó de placer.

Emparéjate, déjalo que te consuma.

Las palabras lo quemaron, lastimándolo con necesidad y placer. La sensación entre sus piernas se estaba volviendo molesta y el calor era cada vez peor.

-¿Nadie huele eso?- Preguntó Taehyung, oliendo el aire, mientras su sonrisa rectangular era remplazada por un ceño fruncido. Seokjin golpeó su cabeza contra el muro en shock, saliendo de su distracción.

-¿Oler qué?- Dijo Jimin, olisqueando alrededor tratando de encontrar lo que sea que el más joven estuviera sintiendo.

De repente otra oleada de calor golpeó a Jin y sintió algo derramarse desde un lugar bastante obsceno. El pelo de su nuca estaba pegado a su cabeza con sudor desde la práctica, pero ahora goteaba. Seokjin mordió su labio tratando de retener pequeños gemidos, con las manos en el piso, hechas puños, los nudillos volviéndose blancos.

-¿Realmente no huelen eso?-  Tae preguntó de nuevo, sus ojos estaban sutilmente rojos. Jin miró alrededor para comprobar que nadie hubiera reparado en él, y sorpresivamente, ninguno miraba hacia su lado, toda la atención estaba puesta en el alfa más joven.

-Bueno, ¿qué es ese olor?- Dijo Hoseok riendo, tomando el asunto como un juego. -¿Cuántas palabras?- Preguntó levantando tres dedos, lo que hizo que Jimin se carcajeara junto con él.

-¡Lo digo en serio hyung!- Replicó Taehyung.- ¿Ninguno lo percibe?- Sus grandes ojos buscaron por la sala, encontrando al más grande del grupo.- Jin hyung ¿tú lo hueles?- Dijo, ignorante al estado en el que se encontraba el otro.

-¿Realmente hay algo que ole-e… ¡A-ah!- Quiso decir el más grande pero una nueva ola de calor lo golpeó y dejó jadeando.

Los ojos de Jungkook se abrieron de golpe cuando escuchó el gemido. Pudo incluso sentir como sus ojos se ponían rojos de deseo. Por supuesto, los Alfas siempre tenían necesidades, pero nunca tan fuertes. Mirar a Seokjin fue su primer error. De repente todos sus instintos de Alfa estuvieron diciéndole cosas diferentes, pero todas dirigidas al Omega.

Muerde.

Lame.

Chupa.

Saborea.

Coge.

Reclámalo.

Jungkook no era posesivo en lo más mínimo. Pero el pensamiento de que cualquier otro Alfa pudiera llegar a tocar a su Omega lo hacía enceguecer de ira. La tentación de reclamar al Omega, en ese preciso momento y en ese mismo lugar, se volvía casi incontrolable.

-¿Hyung? ¿Estás bien?-  Jimin se deslizó por el suelo para encarar al más grande. Seokjin trató de responderle con algo más que jadeos y gemidos bajos. Asintió levemente cerrando los ojos.

Entonces una ola de un olor familiar lo golpeó incluso más fuerte que las de calor. Jin mantuvo sus ojos cerrados, pero sabía de quién era el cuerpo que lo encarcelaba. Recordó el aroma, potente y penetrante. Sus sentidos se habían sensibilizado, sentía todo con detalle, como si fuera a estallar.

-Mío.- Gruño el Alfa sobre su cuello, causando que otra ola de calor le diera de lleno y que más humedad se filtrara fuera de él. Su mente estaba nublada con la necesidad de ser reclamado. Llenado.

CARIÑO, ERES UN OMEGA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora