Mayo Funesto

Alicaída, me encuentro en esta sala de pesares
contándole al silencio mis pesadumbres,
Tenaz y cruel, cuál funesta dictadura.

Los recuerdos me transportan a través del umbral del olvido
De nuevo rememoró aquella desagradable experiencia
Mi mente empieza a jugarme sucio, no lo puedo asimilar!!

Vuelvo a aquel domingo familiar de mayo
Exultación, dichas y aveniencia reinaron por un instante aquel diurno fatídico
Domingo de mayo funesto, cómo olvidarlo!!

El manto de la muerte caía a la par que la del atardecer
Ya los ángeles tocaban a la puerta y Él los esperaba
Un malestar, la decepción, un infarto fulminante, el último adiós y lo escrito se cumplió.

Este recuerdo me tortura, me aniquila  lentamente
Invoque y suplique al cielo que me lo devolviera
Y ni recibí respuesta alguna.

Abominé aquel ser inmaterial e inexistente, llamado Dios
Aquellos sentimientos ahogaron mi alma
Una sensación de venganza, de odio se apoderaron de mi con una fuerza descomunal.

Me hundí en lo más recóndito de mi ser
Quería correr, huir, desaparecer, pero no podía!!
Me reincorporé y volví para afrontar aquel infortunio.

Exánime yacía en su ataúd
Una misa por su ánima y el beso del último adiós sobre su frente helada.
La hora de emprender el insubsanable viaje había llegado

Aquel doloroso adiós quedó impregnado en mi alma
Desde aquí, melancolía, elevo una letanía por ti
Y sólo me queda el consuelo de que algún día podamos volver a estar juntos

Tú me enseñaste algo muy valioso que nunca olvidaré
"A la vida hay que afrontarla y no huir de ella"
Palabras sabias de quien en vida fuera  mi padre y ahora un ángel, mi ángel.