PRÓLOGO

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—¡Dispara! ¿Qué mierda esperas, Skadi?.- me gritó Josh, mi antiguo novio.

Nos encontrabamos en la mitad de la nada, casi las 3:00 am. Me había metido en asuntos desviados, tenía "malas amistades" y ahí me hayaba, con un arma entre mis manos y un sujeto arrodillado frente a mí. Uno de los tantos que no le había pagado las drogas a "Richie", el jefe.

Mi tarea era esa, hacer pagar a la gente con su vida. Estaba hundida en toda esa mierda, me había ahogado.

—Por favor, no lo hagas.- el tipo me miro a los ojos, haciendome sentir culpable, ya no quería seguir haciendo ésto.

—Skadi, si no disparas lo haré yo, y luego te mato a ti.- volvió a hablar Josh, vaya novio.

Y luego lo único que nuestros oídos percibieron fue el estruendoso sonido de un arma disparada, de una bala liberada, de una vida arrebatada.
Ví al hombre tirado, con la bala directa a la cabeza, desangrándose a 1000 por segundo y lo único que hice fue gritar y soltar el arma, dejándola caer entre la hierba crecida de aquél terreno en medio de la nada.

Entre gritos potentes míos y maldiciones de Josh se perdió mi último día como una adolescente de 17 años normal, mi libertad se había ido por la borda, se veían y escuchaban sirenas policíacas aproximarse a nosotros; había que escapar.

—Sube al auto.- Josh tiró de mi chaqueta llena de sangre y comenzamos a correr.

Logramos llegar al auto, Josh arrancó de prisa y en medio de aquella persecución entre la policía y nosotros, me dí cuenta que había matado a gente y si me atrapaban iría a la correccional y luego a prisión por mucho tiempo, no quería eso.

Cinco meses más tarde.

No, mamá, no puedo irme solo porque maté a alguien.- dije descaradamente.

Mis padres se enteraron de todo, que trabajaba para delincuentes y que maté a un hombre.

Me tuvieron estos cinco meses encerrada en casa, no podía salir, ni ver a nadie, o más bien, que nadie me viera porque sí alguien me veía era probable que fuera reconocida y encontrada por la policía. Resulta que temían que me llevaran a la cárcel, yo también temía a eso y ahora estaban por enviarme a vivir a América, específicamente a Estados Unidos.
Lo del miedo a que fuera arrestada no era porque me extrañarían o porque estaría en prisión el resto de mi vida, sino porque mis papás son gente importante en la sociedad, mi madre es diseñadora de alta costura con su propio estudio y marca de ropa, mi padre tiene agencias de publicidad por todo el mundo e imagínense qué mierda diría la gente si la hija pequeña de Vicent y Freya Lexenberg fuera arrestada por asesinato. A veces hay que aceptar que lo que la gente piensa de ti es lo más importante, es la razón de vida, es la manera de encajar; pero ¿a quién en verdad le importa lo qué hagas? Al final nadie se preocupa por nadie más que por sí mismo.

—Eres una sin vergüenza, Skadi; todavía lo dices como si se tratara de lavarte los dientes, ¿a caso te traigo un megáfono? Digo, para que lo grites y todos se enteren.

—Que exagerada eres, Freya.

—Soy tu madre, y ya dije que te irás a Los Ángeles.- dijo mi madre con firmeza.

—Pero aquí tengo todo, como mis amigos, por ejemplo.- dije más como una pregunta.

—¿Hablas de los bastardos que no se preocupan por ti, que te obligaron a matar gente y que ni te han llamado estos últimos meses?.- nótese el sarcasmo en sus palabras.- Nena, estoy segura que puedes conseguir algo mejor.

—¿Me vas a dejar sola en Los Ángeles?.- pregunté sorprendida.- Vaya madre respondable.

—No, Frey irá contigo.-  genial, mi hermanito mayor perfecto me va a cuidar, pero la idea me agrada, Frey no es malo, solo es muy estirado y que bueno sería molestarlo y hacer su vida miserable.

—Bien.- sonreí de lado.

—Se van mañana, haz tus maletas.- me guiñó un ojo, tomó su bolso y se fue taconeando; mi mamá es una creída de primera.

Al día siguiente me levanté, me lavé los dientes después de que Coral, una de las señoras de servicio, me diera el desayuno. Pensaba bañarme pero me dio pereza, metí mi ropa esencial en dos maletas y en una mochila de hombro puse cosas importantes, como el pasporte y todas esas cosas, me vestí con ropa deportiva y me puse gafas oscuras, indicación de mamá para que no me reconozcan.

Bajé al recibidor y mi hermano ya estaba ahí bien arreglado y con sus maletas, cuando me vio me lanzó una mirada de desaprobación, desde que se enteró de lo que hacía no me ha dirigido la palabra. Antes (me refiero a hace 8 años, cuando él tenía 13 y yo 10 años) eramos muy unidos. Pero ahora no somos precisamente "Los hermanos del año".

—Linda ropa.- me dijo burlándose de la gran facha desalineada que llevaba encima.

Lo ignoré por completo y salí por la puerta para ir directo a la camioneta que nos llevaría al aeropuerto. Poco después subió mi hermano y tampoco dijo nada.

Las carreteras me ponían a pensar y de camino al aeropuerto me dí cuenta de que iba directo a vivir las consecuencias de todas las malas decisiones tomadas.

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Capítulo introducción, es corto, ya que solo
es para conocer lo qué pasó con Skadi, el
por qué de su mudanza y la historia que
trata de ocultar y de la que trata de escapar.

Chao.

Atte. Dafne Santos [weird_sunflower 🌻✨]

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