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36 ~ transicion

Steve reconocía que en un principio no había notado los sutiles coqueteos de Stark, o quizá, su anticuada mente los haya confundido con compañerismo, porque no fue sino hasta aquella noche que encontró a Tony completamente borracho en la sala de la torre, momento donde Stark confesó de forma muy directa sus ganas de follarlo, que relacionó todas las actitudes.

Y sí, en un principio se mostró completamente reacio, y el hecho de que Stark olvidará cualquier cosa que sucede cuando se emborracha ayudó mucho, por que, ¿Él en una relación homosexual? En su época el tan solo pensamiento de algo así hubiese sido imposible, por su mero entorno. Pero desde que había llegado a esa nueva era muchas de las cosas que eran cotidianas, comunes, y hasta tradicionales para él, ahora resultaban por lo mínimo aberrantes para aquella población. Luego de meditarlo muchas noches con la almohada, y con internet,  aceptó que realmente no le importaba ese pequeño detalle llamado género. Y por lo visto, a Stark tampoco.

Y quizás fue un aprovechado al aceptar la oferta de Tony estando este completamente ebrio, y quizás Tony no recuerde cada palabra que Steve le dedicó en esos instantes, pero las palabras no fueron solicitadas cuando Tony despertó y en microsegundos evaluando la situación ató cabos.

Se sentó sobre la cama y le pidió a Jarvis que abriese las cortinas, el sol ya estaba bastante elevado quizás era cerca del medio día ya, miró a la nada durante unos segundos antes de hablar para sí mismo.

—Quizás embriagarme todas las noches no sea tan malo.

—Me aseguraré de que no lo hagas.

Steve había despertado, y lo estaba observando aún acostado en la cama.

—¿Y cómo piensa hacer eso, capitán?

—Algo se me ocurrirá.

Steve no dejaba de observarlo transmitiéndole un bienestar que no recordaba sentir en su cuerpo, y aquella sonrisa encantadora acompañada de sus mejillas sonrosadas gritaban una invitación a ser besadas.

Quizás ese día podrían estar un poco más en la cama.

No todos los días te llevas a un hombre de casi cien años a la cama.