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Grace sólo durmió un par de horas, antes de levantarse causando dolor en sus muñecas. Le dolían. Le dolían desde que que se levantó ayer, pero después de los eventos de anoche, no le habían dolido más, bueno hasta ahora.

Harry estaba tumbado a su lado con sus manos alrededor de su vientre. La abrazó con fuerza, demasiado para el gusto de Grace. Cuando se levantó por el dolor en sus muñecas, sus brazos estaban alrededor de ella y no podía hacer nada.

El sol brillaba a través de las cortinas. Le gustaría estar fuera con su familia, y hacer cualquier cosa que hacen las familias en general.

Sonrió ante el pensamiento de su hermano y hermana. Los echaba muchísimo de menos.

"¿Que estás haciendo, bichito?" Tim, el hermano de Grace, rió. Christa, su hermana pequeña, estaba tumbada en la hierba, hablando con bichos, en el parque de la ciudad.

"¡Nada!" Gritó Christa molesta. Ella odiaba cuando la gente la llamaba Bichito, especialmente Tim.

Grace estaba sentada al lado de Tim. Ella sabía cuanto Christa odiaba ese nombre, porque su hermano también tenía un apodo para Grace; Tortilla. No era nada parecido a Bichito, pero a Grace le encantaban las tortillas cuando era joven y a Tim le gustaba molestarla con eso - y también la molestaba con su peso.

Sí, Grace estaba un poco regordeta, pero cuando tenía 12, ¿quién no?

"Ella es muy rara." Refunfuñó Tim. Grace rió: "Sí, pero tú también."

Tim la miró molesto. "No," empezó. "No soy esa clase de extraño." Grace sólo lo miró con los ojos un poco abiertos en vez de decir 'de qué coño estás hablando.'

Él sólo rió.

Tim era el hermano más molesto y Christi la más rara, pero Grace los amaba con todo su corazón.

Sonrió al recordar ese día. Había sido un día muy soleado y los pájaros cantaban, y fue un día precioso. ¿Estaban preocupados por ella?

Sus pensamientos sobre sus hermanos, se desvanecieron rápido, cuando sintió sus brazos secuestrados empezar a perder su agarre.

"Buenos días," dijo el ruloso chico. Grace respondió con sólo un bajo ruido. "¿Dormiste bien?" le preguntó, mientras su dedo índice se deslizaba por su brazo, poniéndole de gallina la piel a Grace.

Grace estaba tumbada en la única posición que podía, de espaldas, cosa con la que Grace no estaba bien. Despreciaba todo lo que podía estar así. La hacía sentirse indefensa, tal y como estaba ahora mismo, bueno, se sentía indefensa todo el tiempo que estaba alrededor de su secuestrador.

"¿Quieres saber cómo dormí?" Él le preguntó con una sonrisa. Grace sabía lo que tenía que hacer, así que por supuesto dijo que sí.

"Hacía tiempo que no dormía así de bien." Agarró su barbilla, haciéndola que lo mirase. "Seguramente por lo de anoche." Grace hizo una mueca cuando lo mencionó. No quería pensar lo sucia que la hizo sentirse.

Grace describiría su cara como la del gato de Cheshire; una hermosa sonrisa horripilante y ojos aterradores. Nunca le había gustado ese gato, al igual que no le gustaba él.

Harry se incorporó y desapareció en el baño. Grace podía escuchar la ducha. Gracias a Dios, pensó. Tenía una sensación de ardor en sus muñecas, que no ayudaba nada, cuando empezó a tirar de ellas - eso no ayudó. Las esposas no eran de esas enroscadas que podías comprar en las tiendas con un bebé rosa, estas eran reales, desafortunadamente.

Después de un tiempo, salió del baño con sólo una toalla sucia alrededor de su cintura. Era de un color blanco sucio.

Grace giró su cabeza para acostarse sobre la almohada, mirando hacia el sucio techo gris. Había visto el techo más que su propia casa y eso era bastante perturbador.

Mors» H.S. AU (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora