Tenía miedo. Tenía miedo de no estar junto a ti, tenía miedo de perderme. Tenía miedo de perderme en un laberinto en un antiguo bosque durante una tormenta. Tenía miedo de no encontrarte. ¿Por qué no te encuentro? ¿Por qué no apareces?
De un sobresalto me despierto del sueño. Con la mirada te buscaba, mas no te encontraba. Mi piel se erizaba, y ruidos escuchaba. Bajé a la cocina, para ver si allí estabas, pero al darme cuenta que mi pensamiento era erróneo me dirigí a la habitación. Me cubrí con las mantas y me dispuse a dormir, pero el miedo corría dentro de mi. ¿Dónde estarás? No dejaba de preguntar. Pero no tenía las agallas para irte a buscar. Así que allí me quedé, helada y sin poderme mover.