. ⇢ el doncel y la bestia ˎˊ˗ ꒰ ym

Capitulo 1

Una pequeña cabaña a la orilla de un río se mantenía tranquila, ningún alboroto alteraba la paz del lugar, los pajaritos cantaban y el viento corría moviendo las hojas de los árboles. La puerta de esta se abrió dejando ver una brillante cabellera rubia, un chico de no más de diecisiete años salió de la cabaña con un canasto en la mano derecha. Usaba unos pantalones algo holgados de un azul claro, una camisa blanca y todo esto hacia resaltar más sus preciosos ojos avellanos. 

Comenzó su camino tarareando una melodía por el sendero que llevaba al centro del pueblo, una vez allí algunas personas lo saludaban.

-¡Bonjour! –Exclamó una mujer desde un balcón.

-¡Bonjour! –Exclamó un hombre desde el balcón del frente.

*Todo esta igual desde que llegué* Pensó él con una sonrisa deslumbrante en su rostro.

Él podía ver como la gente paseaba y cómo el panadero se acercaba con el mismo pan de siempre.

-¡Jimin! ¿Qué tal? –Saludó el panadero sonriéndole.

-¡Bonjour Monsieur! –Respondió Jimin con su bello acento.

-¿A dónde te diriges? –Preguntó el revisando el pan que traía.

-A la librería, acabo de leer una novela merveilleux, trataba sobre un ogro y... -El muchacho no pudo terminar su frase.

-¡Mary! ¡Las baguettes, rápido! –Gritó el hombre.

Jimin soltó una risita y se alejó de ahí.

La gente del pueblo siempre solía hablar de él a sus espaldas, decían cosas cómo "Ese muchacho siempre anda en las nubes" ,  "Se la pasa encerrado leyendo esas novelas" o "¡Nunca se sabe donde está!" y para finalizar "Ese Jimin es un chico peculiar".

Jimin llegó a la biblioteca y entró algo emocionado.

-¡Ah, Jimin! –Exclamó el hombre ya mayor que cuidaba el local.

-Bonjour Monsieur, aquí le traigo el libro que me prestó. –Dijo Jimin pasándole el libro para poder acercarse a los estantes.

-¿Ya lo has leído? –Preguntó él con un tono de sorpresa.

-No podía dejar de leerlo... -Admitió el rubio algo avergonzado. -¿Ya llegó algo nuevo?

-Desde ayer, pues no. –Respondió él divertido.

Jimin soltó un suspiro y levantó los hombros.

-No importa... me llevaré... ¡Este! –Dijo Jimin entregándole un libro azul.

-¿Éste? Pero si lo has leído dos veces. –Dijo el mirando la portada del libro.

-¡Pero es mi preferido! Lugares lejanos, aventuras, hechizos mágicos... -Enumeró Jimin sonriente.

-Si tanto te gusta... puedes quedártelo. –Dijo el hombre entregándoselo.

-Pero... pero, Monsieur... -Murmuró Jimin sin creerlo.

- Je insiste... tú eres el que mantiene vivo este lugar. -Comentó él abriéndole la puerta.

-¡Pues gracias! ¡Muchas gracias! –Chilló el rubio saliendo con el libro en sus manos.

Fuera del lugar un grupo de hombres murmuraban.

-Ese chico es muy extraño... -Dijo uno sin despegarle la mirada. –Es... extravagante...

-Puede estar hasta siete horas pegado con un libro... nunca para de leer. –Murmuró el otro poniendo una mano en su cadera.

Jimin caminaba ojeando el libro distraído de lo que sucedía a su alrededor, no notaba por supuesto las miradas de mujeres y hombres.