Capítulo 1

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Jeon JungKook abrió los ojos lentamente al escuchar un sonido que aturdía su sueño, lo había escuchado un par de veces antes ¿era tan difícil dejarlo dormir un par de horas más?

Gruño levemente mientras estiraba su brazo para poder apagar aquel maldito aparato que no le dejaba dormir, sin embargo justo cuando logro callar a ese odioso artefacto se percató de la hora que era.

-¡Maldición!- exclamo mientras se incorporaba rápidamente para luego salir disparado hacia su armario. Eran las 7:30 de la mañana, no podía creerlo ¿Cómo es que había pasado tanto tiempo?

De su armario saco la primera camiseta y par de pantalones que aparecieron frente a sus ojos, se apresuró a ponerse aquel conjunto para después salir rápidamente de su habitación. Bajo las escaleras con rapidez y se dirigió a la cocina en busca de sus llaves. Una vez logro encontrarlas se dirigió rápidamente hasta su auto, entro en él y  justo antes de encenderlo se percató de que algo le faltaba. Su teléfono. Se maldijo a si mismo por lo bajo mientras salía nuevamente de su automóvil, entro nuevamente a su casa y tomo aquel dichoso aparato que se encontraba en la repisa de la sala.

entro nuevamente a su casa y tomo aquel dichoso aparato que se encontraba en la repisa de la sala. Salió de su casa para rápidamente entrar a su auto he irse un poco más apresurado de lo normal.

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De camino a su trabajo el omega se topó con un gran embotellamiento de carros, no podía creerlo, parecía que el mundo estaba en su contra ese día. Un poco nervioso dirigió su mirada hacia la pantalla de su auto, 7:40 A.M.

-Maldita sea...- musitó el pelinegro, estaba estresado y nervioso, tal vez demasiado para su gusto. No podía llegar tarde a su trabajo, no otra vez, era la segunda vez en esta semana. Lo único que podía hacer era esperar y suplicarle con la mirada al reloj que no avanzara, pero sus suplicas silenciosas no fueron escuchadas ya que cuando volvió a echarle un vistazo a la hora ya era las 7:59 A.M. En ese momento maldijo a todo lo existente, otra vez llegaría tarde a su trabajo, bueno... todo dependía de si aquella larga e interminable fila lograba avanzar.Pero desde el punto de vista del omega, aquella fila tardaría un buen rato en desaparecer.

Frustrado y sin nada que pudiera hacer opto por acomodarse en el asiento del auto para luego soltar un leve suspiro. En su trabajo siempre habían sido muy exigentes, al menos con él, ser un omega no era nada fácil, mucho menos si tenías un puesto alto y en donde la planta de tu oficina se encontraba repleta de alfas. No había un día en el que su jefe no le gritara, parecía que el odio era mutuo entre ambos.

Los alfas... bueno, algunos eran algo especiales, otros simplemente eran idiotas, la mayoría era idiota, los únicos alfas que se salvaban eran las del departamento de ventas y eso se debía a que todas eran mujeres.

El pelinegro miro el techo de aquel auto y sin darse cuenta se perdió entre sus pensamientos. Ah... cuantas veces había pensado dejar aquel odioso trabajo, entregarle la renuncia a su asqueroso jefe no sin antes volarle un diente de un puñetazo, salir corriendo por los pasillos tirando todo a su paso y despedirse de aquellos odiosos alfas con el dedo del medio, vaya... esa era una bonita fantasía que había pensado un millón de veces, pero solo quedaría en eso. Una bonita fantasía.

Al ser un omega las cosas solían ser un poco más, mucho más difíciles de lo usual, ni siquiera tenía que mencionarlo, todos sabían cómo era el trato de la sociedad hacia los omegas. Eran pocos los omegas como el que lograban ser reconocidos o que lograban conseguir un trabajo importante. Muy pocos.
Para el pelinegro llegar a donde estaba ahora había sido un largo y muy difícil camino, lleno de obstáculos.

"D e s d e   q u e   t e   v i"  [VKook/TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora